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Correlación de debilidades

 José Carlos MAURICIO, LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

 

Parece imposible tanto un gobierno de izquierdas como de derechas y la fórmula de gran coalición fracasa en toda Europa * Si se quiere evitar unas nuevas elecciones, el PSOE tendrá que abstenerse y Rajoy gobernar débil y aislado.

 

La macroencuesta del CIS del viernes pasado coincidió con el inicio de la campaña electoral oficial; que culminará en las elecciones del 26 de junio. Las previsiones del CIS y de otras encuestas provocaron las más diversas reacciones. Unos opinaron: “Estamos en lo mismo, con la única novedad que Podemos más IU, sí suman”. Otros la calificaron de “terremoto político” y entienden que supondrá un profundo cambio del escenario político en España. Todos coincidieron, sin embargo, en señalar que el proceso de formación de un nuevo Gobierno iba a resultar igual de complicado al que hemos vivido hasta ahora.

 

Aunque los partidos aplicaron el manual y mostraron su satisfacción por los resultados de la encuesta. Rajoy dijo: “Lo importante es que se confirma que el PP volverá a ser el partido más votado y, por tanto, el que debe formar Gobierno”. Insistió, de paso, que la solución de España es un Gobierno de gran coalición con los socialistas, como está funcionando actualmente en alguno de los principales países europeos. Rajoy insinuó que el avance de Podemos terminará de convencer a Sánchez, o a quién le sustituya, de la conveniencia de este gran acuerdo. Los principales dirigentes del PP parece que no ven probable que la suma de PP y Ciudadanos pueda dar una mayoría suficiente.

 

Albert Rivera, por su parte, se muestra contento con el casi 15% de votos que le dan las encuestas: “Sería un gran mérito mantener este resultado en medio de la polarización política que estamos viviendo”. Y añade: “Haremos todo lo posible para que se pueda formar gobierno lo antes posible. Pero si es con el PP exigiremos la sustitución de Rajoy, que está incapacitado para liderar un gobierno de regeneración democrática”. Nadie sabe si Rivera va a cumplir lo que dice. Ni siquiera él mismo. Tampoco puede decir otra cosa en este momento, porque el PP y Ciudadanos compiten por atraer a una parte importante de los indecisos.

 

Podemos celebró y dio por hecha su victoria sobre el PSOE. Pero no se conforma, dice que las dos semanas que quedan de campaña las va a aprovechar a fondo para darle también eso que llaman “el sorpasso al PP”. Y de paso ofrecerle al PSOE lo que saben es un imposible: un gobierno presidido por Iglesias con Pedro Sánchez de vicepresidente.

 

Los socialistas se miran entre sí consternados. Están viviendo una especie de pesadilla. Iglesias les dice que Unidos Podemos representa la nueva socialdemocracia y el PSOE la vieja. Y que el nuevo Pablo Iglesias se considera el heredero natural del viejo Pablo Iglesias. Los socialistas no terminan de entender lo que está pasando. Creen que están en un debate ideológico tradicional derecha-izquierda. Este debate existe, pero no es el central. El debate es otro, más de ahora, “los de arriba contra los de abajo”, “la casta contra la gente y la gente contra la casta”. Hay muchos que no terminan de enterarse que las políticas de austeridad radical y precariedad si se mezclan con la corrupción se convierten en una bomba social de efectos devastadores. Eso es lo que ha pasado en España y está ocurriendo en muchos países europeos. No es ideología; es, de momento, solo rebeldía. En Italia, hace unos días, la candidata del movimiento Cinco Estrellas ganó la alcaldía de Roma. Derrotó a los socialdemócratas de Rienzi. Para lograr un triunfo histórico le bastó con repetir el grito de Grillo, un cómico sin ideología: “Expulsemos a la casta del poder”.

 

¿Quién gobernará?

Las encuestas dicen que la suma de PP-Ciudadanos da alrededor de 160-165 diputados. Y Podemos-PSOE, otro tanto, entre 160-170 diputados. Lo que significa que probablemente ninguna coalición a dos contará con suficientes diputados para gobernar. Ni siquiera sumando a los nacionalistas vascos. ¿Será posible volver a la coalición a tres de PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos? Parece imposible. Lo intentaron y la propuesta saltó por los aires. El programa de Podemos es incompatible con el de los otros dos. Lo es en política económica, social o internacional. Pero, sobre todo, en un punto de discrepancia absoluta e insuperable: “el derecho a decidir” de Cataluña y Euskadi. Y precisamente este punto es la clave del espectacular éxito que Podemos va a obtener el día 26 en las nacionalidades históricas. Recordemos también que Euskadi y Galicia tendrán elecciones autonómicas el próximo octubre. Cataluña podría tenerlas también si pierde la cuestión de confianza presentada por el actual gobierno. En estas tres elecciones, las confluencias de Podemos van a por todas. Y su única bandera es “el derecho de autodeterminación de los pueblos de España”. Lo que llaman el patriotismo plurinacional.

 

El largo verano

Y si parecen imposibles tanto una alianza de progreso como un gobierno de izquierda, ¿será posible una coalición de derechas? Según las encuestas no llegan a los 176 diputados necesarios. Incluso en el caso que el PP subiera durante la campaña, ganando indecisos y rebasando los 130 diputados, esos votos se los quitaría a Ciudadanos, que bajaría a 35 diputados. Uno sube y otro baja. Al final, suman lo mismo.

 

Entonces solo queda la gran coalición: PP-PSOE, la solución preferida por Rajoy, “un gobierno de amplio apoyo que de estabilidad para acometer las grandes reformas que necesita el país”. Eso dice Rajoy, pero ¿es posible poner de acuerdo a los dos partidos, PP y PSOE, en las reformas educativas, económicas, laborales, fiscales y territoriales, en las que tienen criterios opuestos? Además, hay que señalar que los socialistas están todos de acuerdo, por primera vez, en rechazar la gran coalición. Susana Díaz lo acaba de decir y lo volverá a repetir en la campaña. No olviden que los socialistas andaluces van a sufrir un importante retroceso en esta comunidad. Sánchez, por su parte, repite: “No es no, cómo quiere que se lo diga”. Y hasta Felipe González, anteriormente partidario, acaba de declarar: “No soy partidario de la gran coalición. Es una fórmula política que está fracasando en toda Europa. También en Alemania y Austria, países a los que se refiere el PP”. En Austria, se acaba de producir un desplome espectacular del gobierno de los conservadores y socialistas. Y un gran avance de la extrema derecha y de los verdes. En Grecia, ya sabemos lo que pasó. En Reino Unido, Cameron se tragó a Clegg. Y la gran coalición alemana, ejemplo para Europa hasta ahora, anda confusa y desconcertada. Observa cómo los socialistas caen del 32 al 20% en las encuestas. El partido de la señora Merkel pierde diez puntos, del 44 al 34%. Mientras tanto avanza incontenible una nueva extrema derecha, populista y nacionalista, llamada Alternativa por Alemania. La misma situación se produce en las instituciones de la Unión Europea, que han entrado en la peor crisis de su historia. En Europa, en este momento, todo está puesto en cuestión: el euro, la política exterior, la de inmigración e, incluso, la misma Unión, a la que desafían los nacionalistas ingleses, franceses y alemanes.

 

En esta situación, España no hace sino incorporar un elemento más a la crisis europea. Todos temen que el 26 de junio se repita el mismo cuadro político, con ligeras modificaciones, del 20 de diciembre. La misma correlación de fuerzas que lleva al bloqueo y la incapacidad de formar gobierno. Estamos, por tanto, ante lo que un extraordinario periodista ya fallecido, Manuel Vázquez Montalbán, llamaba “correlación de debilidades”. Es decir, todos se creen fuertes, pero todos son débiles. Todos se creen ganadores, pero en realidad todos son perdedores.

 

Y entonces, ¿nos dirigimos a unas terceras elecciones, quizá también en el mes de diciembre? Parece que no. Todos se han comprometido a que habrá un nuevo gobierno, porque la repetición de las elecciones produciría un gravísimo deterioro de las instituciones democráticas, ya bastante deterioradas. Viviremos un largo verano. Después del 26 se constituirá el Congreso, alrededor del 20 de julio. Habrá, de nuevo, lucha por la Presidencia y por la Mesa. Y una vez resuelta, volveremos a soportar el ritual de las consultas del rey a todos los grupos parlamentarios. En ese momento, Sánchez, si es que no ha dimitido aún, volverá a ofrecer sin convicción y sin fuerza el pacto a tres, que todos saben imposible. Y al final, el rey le hará una propuesta a Rajoy que éste no podrá rechazar.

 

Rajoy ofrecerá el gobierno de coalición a los socialistas, que no aceptarán. Y tendrá que ir en minoría al Congreso para su posible investidura. Entonces se manifestará una vez más la correlación de debilidades. Si quieren evitar unas nuevas elecciones, el PSOE se abstendrá y Rajoy tendrá que gobernar débil y aislado. En la actual situación de España, ¿cuánto duraría un gobierno así? El PSOE tiene la llave, pero tendrá que esperar hasta resolver su problema interno. Y después podrá encabezar una moción de censura que derrote al gobierno del PP. ¿En cuánto tiempo? ¿Quizá dos años? Y en ese tiempo, ¿quién gobernará España?

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