Pueblo canario, despierta, Madrid “nos roba”
Por Antonio Coll
Aunque nos encontramos en la plenitud de la Navidad y Fin de Año, días de alegría, de fiestas, de consumo y otros resplandores, me veo obligado a plasmar la inquietud en el Gobierno de Canarias y el Consejo Asesor, conformado por la Confederación Canaria de Empresarios, CEOE, Comisiones Obreras y UGT, por la peligrosa actitud del Gobierno socialista del Reino de España, en tratar a las Islas Canarias, como unas meras colonias del pasado. El problema se centra en el desconcierto existente por los acuerdos plurianuales de inversiones, recogidos en los presupuestos estatales del 2018 que asciende a casi 3.000 millones de euros. Dicho desconcierto ha encendido todas las alarmas, porque el Gobierno estatal está dilatando la firma para la materialización de lo aprobado por el gobierno anterior.
Según el ejecutivo canario como las patronales empresariales y sindicatos, la firma de los convenios Canarias-Estado, se ha dilatado en el tiempo, por el cambio de gobierno y el repliegue incomprensible de no cerrar los compromisos, para una comunidad autónoma que ha cumplido con todos sus deberes, marcados por el Ministerio de Hacienda, en los periodos de crisis financiera y económica, de todos conocidas. La lealtad de Canarias con el Gobierno Español, ha tenido como respuesta, por ahora, una actitud de deslealtad incomprensible. A pesar del retraso, la fecha tope de transferir las partidas del 2018 y los posteriores convenios, deben de contemplarse antes del 28 de diciembre. Si ello no ocurre, se provocaría una alarma general en el pueblo canario, que sin dichas inversiones sería imposible, como muy bien expone CCOO, recortar el desempleo actual, contabilizado en 200.000 residentes.
Madrid está obligado a cumplir con la autonomía más lejana de la metrópolis, si no quiere que pueda resurgir una época de movilizaciones, donde también se alimentaría el populismo radical, muy peligroso, en unas islas que tiene como motor de su economía: el sector Turismo y servicios. Percibo que el silencio sumiso del pueblo canario actual, se puede convertir en acción-reacción. El propio presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ha mostrado su preocupación porque si no se aprueban, definitivamente, los convenios, se frenaría el crecimiento económico de Canarias en un 12,5 % para los próximos años; esta circunstancia puede causar la pérdida de más de 8.000 puestos de trabajo anuales. El mismo Clavijo ha dicho, según recojo de “Canarias En Hora” que: "No nos consta de que los convenios serán aprobados en el Consejo de Ministros del día 21", que como se ha anunciado se celebra en Barcelona, bajo un despliegue policial importante. El líder de CC, además, desconoce si esto "obedece a una estrategia electoral o política", pero que "con las cosas de comer del pueblo canario no se puede jugar a hacer política". Se advierte en su discurso el enfriamiento de la economía mundial que se está anunciando, por lo que Canarias tiene que atar bien los cabos para los próximos años, para garantizar el empleo, políticas sociales, sanidad, educación y las inversiones en la red de carreteras y otras infraestructuras de suma importancia para las islas y ayuda a la agricultura y pesca.
Nadie en Canarias comprende el por qué el Gobierno de Pedro Sánchez no ha firmado el acuerdo bilateral suscrito y que estaba previsto, como mucho, firmar en septiembre. Ahora, a pocos días para el cierre de ejercicio 2018, el Gobierno del Reino de España sigue sin abonar más del 78,5% de los fondos comprometidos con Canarias. El desconcierto se acentúa por el incumplimiento estatal con el Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF) que obliga al Gobierno Español una inversión igualitaria a la media que recibe el resto de las comunidades autónomas.
Yo me alegro que los sindicatos UGT, CCOO y las patronales empresariales canarias estén denunciando, al unísono, junto al Gobierno canario, la grave parálisis en las inversiones, que está creando expectativas muy negativas al archipiélago canario, impidiendo una mejoría del bienestar de su gente.
