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¿Somos los jóvenes escuchados y valorados por la sociedad? (II)

Autora: Natalia Quintana Suárez
Estudiante del Colegio Heidelberg 4º de la ESO

 

El Foro CATPE Tránsito de Canarias Hacia la Sociedad del Conocimiento, una semana más se convierte en el altavoz de los jóvenes canarios, dándoles la oportunidad de expresar sus ideas en los temas que les afectan pero, también y fundamentalmente, para que puedan llegar a ser parte de la solución. El ensayo comienza así:

 

“Jóvenes haced política, porque si no lo hacéis se hará igual y posiblemente en nuestra contra! Ortega y Gasset

 

Existe un debate actualmente que discute la pregunta planteada, ¿son atendidas y escuchadas las necesidades y talentos de la juventud en nuestra sociedad?

 

He querido empezar con esta cita porque aunque escrita incluso cuando yo no había nacido muestra a la perfección el momento presente. A las puertas del 26J los jóvenes tendríamos que tener más voz, o al menos más presencia activa en ese terreno, para muchos desconocido.

 

Puedo observar que hay ámbitos en los que sí somos valorados o atendidos, pero parecen más bien de orden natural, nuestras familias nos protegen, tenemos las necesidades básicas (en el mejor de los casos) cubiertas, y vamos al colegio; pero en lo profundo, en lo que tiene que ver con la participación activa como ciudadanos, creo que los jóvenes ni somos escuchados ni atendidos. Me basaré en tres argumentos: uno político, otro basado en las redes sociales y por último en la educación.

 

El argumento principal y con más peso es el que hace referencia al ámbito político. De los 350 diputados en el Congreso, solo 27, un 8% posee menos de 35 años, 64 tienen más de 60 y solo 4 son veinteañeros. La media de edad del Congreso en 2014 fue de 53 años, según las fuentes consultadas.

 

¿SI NUESTROS JÓVENES SON VALORADOS, CÓMO ES POSIBLE QUE NUNCA HAYAMOS TENIDO UN PRESIDENTE MENOR DE 30 AÑOS? No tiene sentido. Igual que no lo tiene que nosotros a estas alturas desconozcamos el panorama político. Es evidente que no podemos participar de forma activa en política, pero ¿a qué se debe? Conocemos a sus protagonistas por Internet, Televisión y miembros de la familia ¿acaso podemos tener criterio de esta forma? Si interesara que mi generación propicie un cambio tal vez estaríamos investigando sobre el espectro político desde edades tempranas. Sin politizar mi discurso, ¿cuántos memes han surgido a raíz del aspecto aniñado de Errejón? Se da por hecho que no estamos a la altura, y nadie parece tener el interés de cambiarlo.

 

Según las fuentes consultadas España es el tercer país en la Unión Europea con más adultos sin idiomas. A medida que avanza la sociedad los jóvenes son los habitantes más instruidos e informados. A lo mejor el hecho de que solo diecinueve diputados hayan estudiado Ciencias Políticas y un 5% solo tengan bachiller esté relacionado con el bajo número de jóvenes en el Congreso de Diputados. El informe Generación Z: El último salto generacional, presentado por la consultora Atrevia y por la Deusto Business School, ha dado a conocer las características de los jóvenes y cómo podrían influir sus diferencias en la sociedad. Una de las características propias de esta generación es su preparación en idiomas y su conocimiento nativo de lo digital y tecnológico.

 

Mi segundo argumento contempla el arma de doble filo que guardan las redes sociales, a pesar de que mucha gente opine que los medios de comunicación sirven como herramienta para abrirse camino, creo que en el caso de la televisión es todo lo contrario. Los programas de talentos, por ejemplo, son creados para gusto y disfrute de los adultos, es raro que los jóvenes participantes logren grandes carreras después de pasar por alguno de ellos. Aún sin tener en cuenta el grado de manipulación que puedan llegar a invadirlos. Somos una generación que recibe mensajes ambiguos, salto a la fama versus esfuerzo, trabajo y meritocracia.

 

Solemos escuchar que las redes suponen para los jóvenes una forma de expresar sus quejas y opiniones, puede ser, ¿pero cuántos jóvenes sufren nomofobia? Según un artículo del ABC un 29 % de los jóvenes vuelve a casa a por el móvil si un día lo olvida. ¿Cuántos crean identidades falsas? ¿Cuántos hacen un uso de ellas más allá del cotilleo y el postureo?

 

La extendida idea de que tenemos una dependencia tecnológica nos quita atención e importancia y hace que nuestra voz sea más débil. Las redes sociales nos quitan credibilidad y fuerza, pues hacen creer a los adultos que solo nos interesa el mundo virtual y que lo demás no nos llama la atención. Quizás nuestra virtud tecnológica se vuelve contra nosotros, edúquennos para un mejor uso de las tecnologías, ayúdennos a generarnos un mejor concepto de nosotros mismos. Tenemos responsabilidad personal, sí, pero también estamos creciendo y aprendiendo.

 

Por otro lado está el ámbito de la Educación

A los jóvenes se nos exige cada día más, más idiomas, más formación, más, más y más pues nuestra competencia es cada vez más fuerte. El miedo de los jóvenes se encuentra en la cifra de 56% de paro juvenil. ¿Para qué más entonces?

 

Nuestras oportunidades de ser lo que deseamos ser se ven reducidas, el paro no es el único problema, los precios de las matrículas en España son muy altos, un universitario de la educación pública gasta de media 1323 euros según las fuentes consultadas, incluso teniendo variación del coste del crédito según la comunidad autónoma, un fuerte agravio comparativo no solo respecto a España, sino respecto a otras Universidades públicas europeas donde estudiar es totalmente gratuito.

 

Muchas familias, se encuentran ahogadas y mermando los sueños de sus hijos por falta de organización del sistema, ¿cómo puede ser que un gobierno no procure algo tan básico como la Educación? Sebastián Mora, Presidente de Cáritas, en El Intermedio, dijo: “Los jóvenes no ven el futuro como una oportunidad, sino como una amenaza”, nosotros los jóvenes somos críticos y por eso lo vemos así, pero esto demuestra que no estamos siendo atendidos.

 

Por tanto el joven que quiera tener la mejor educación, o al menos formarse, deberán tener dinero, pues en España desde los colegios, hasta los títulos de idiomas sale caro. No hay igualdad educativa, y mucho menos igualdad de oportunidades

 

Para terminar me gustaría resumir los aspectos planteados a través de una pequeña reflexión, como señalaba algún titular “somos los últimos hijos de la alegría” puesto hemos venido con la crisis, sin embargo, nuestras oportunidades parecen ser mayores a las de generaciones anteriores, tenemos talento pero no tenemos el ámbito para desarrollarlo “la mente humana es como un paracaídas, solo funciona si se abre”, dijo Albert Einstein, debemos dar paso a nuevas generaciones, dennos la oportunidad, no sea que todo se vuelva a la contra.

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