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Viaje a la universidad

Por Beatriz Ramírez Aristu, coach y miembro del Foro Centro Atlántico de Pensamiento Estratégico sobre la TCSC

 

He tenido la oportunidad recientemente de acompañar y seguir a dos estudiantes que decidieron cursar sus estudios universitarios en Alemania. Tomaron la decisión de marcharse empujados por la creencia de que la formación en la mayoría de las universidades alemanas gozaba de un mayor reconocimiento tanto en nuestro país como a nivel internacional y una mejor valoración entre las empresas en general. Marcharon con la creencia de que la calidad de su enseñanza era mejor que en España y concretamente mejor que en Canarias y que aumentarían así sus posibilidades de conseguir ya no un trabajo sino un mejor puesto de trabajo, un futuro mejor.
 
Decidieron marchar con la creencia de que las universidades canarias en general no gozan de prestigio nacional ni internacional, no encabezan ninguna lista de mejores universidades y su enfoque es básicamente teórico y desconectado de lo que demanda hoy en día el mundo profesional. Así, una vez terminados los estudios tendrían que luchar con uñas y dientes para ascender escalones en una larga lista de candidatos que compiten a un puesto de trabajo. No solo eso, sino que además perderían poco a poco los idiomas que aprendieron en su etapa escolar dado que las opciones de estudiar o relacionarse en otro idioma son inexistentes o por lo menos, desconocidas.
 
Decidieron aventurarse con la idea de encontrar una universidad que les recuerde que están en Europa, que atraiga y de cabida a un número importante de estudiantes internacionales como parte de su valor .
 
Valoraron sus posibilidades de labrarse un futuro basados en estas creencias y para ello, se esforzaron durante sus dos últimos años de su etapa escolar en cumplir todos los requisitos para ser admitidos en las universidades alemanas.
 
Después de unos meses viviendo su experiencia alemana, cuentan cuánto les costó encontrar un sitio decente donde vivir ya que es tal la demanda habitacional estudiantil que tienen muy difícil acceder a residencias universitarias y acaban viviendo en casas particulares adaptadas de mala manera a este fin. Unos tienen más suerte que otros pero la búsqueda es cada año más difícil y la tensión que sufren tanto los estudiantes como sus familias es importante.
 
La llegada a la universidad en su primer año se convierte en un duro cursillo acelerado para comprender el funcionamiento de la universidad con todos sus trámites administrativos junto con unos canales de información desconocidos para los nuevos. Se encuentran con aulas que reúnen 400, 500 y un número mayor de alumnos. Alumnos que por lo general en este país, se han tomado un año sabático que aprovechan para viajar, colaborar en proyectos humanitarios o altruistas y trabajar, es decir, jóvenes con algo de mundo recorrido. El proceso de adaptación es duro, aprovechar las oportunidades que el país brinda depende de la fuerza de voluntad de cada uno.
 
Pertenecer a un grupo de amigos es clave si quieres hacer vida normal y disfrutar de tu condición de joven, por lo que además debes esforzarte más que en España por abrirte camino entre ellos ya que no gozan de un carácter tan abierto como el nuestro. Recuerdo entablar conversación con un joven alemán en una parada de tranvía. Al escucharnos hablar español nos preguntó de dónde éramos y nos contó que había cursado su programa de Erasmus en Sevilla. Nos contó su maravillosa experiencia en España, lo fácil que había sido para él abrirse camino y conocer gente española y lo duro que resulta en la universidad alemana. Nos preguntó qué hacíamos ahí, donde todo era más triste y más serio.
 
Y yo me pregunto, si ponemos en valor aquello que si tenemos y nos hace distintos de los demás países como por ejemplo, el mejor clima del mundo, un entorno de una belleza diferente en cada isla, un enclave para amantes del deporte, cuna de campeones del mundo y deportistas olímpicos que atrae cada año a deportistas de todo el mundo, una facultad de ciencias del mar y un enclave magnífico para la investigación con algas marinas. ¿ Vienen investigadores nacionales o extranjeros con sus familias a investigar a Canarias? Si la respuesta es afirmativa, ¿lo estamos comunicando adecuadamente?
 
Si nuestro sistema educativo permitiese a los docentes tomarse un tiempo para investigar y viajar a otros países, a otras universidades de prestigio y todo este conocimiento se trajese de vuelta a la universidad en beneficio de nuestros alumnos, si ofertásemos programas formativos de calidad en inglés y tuviésemos un contacto más estrecho con las empresas y las necesidades de la sociedad, nos podríamos convertir en un destino demandado.
 
Las nuevas tecnologías nos facilitan la apertura al mundo y una comunicación directa, barata y en tiempo real con cualquier centro universitario, empresa, institución o persona. Nos conectan. Nos facilitan además el aprendizaje en distintos formatos o plataformas virtuales como las utilizadas por el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) o la universidad de Berkeley.
 
¿Qué nos falta para convertir a nuestras universidades en una de las primeras opciones de los alumnos?

 

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