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Afrontar la pandemia y preparar el futuro

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
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    Yo apruebo todas las medidas aprobadas por el Gobierno del Reino de España y del propio Gobierno de Canarias para atenuar la expansión del Coronavirus. A pesar del desconcierto total que se produjo al principio de la declaración del Estado de Alarma, con el transcurso de los días, los habitantes de Lanzarote y otras islas, se están adaptando, con cierta normalidad, a la nueva situación, cuya experiencia es inédita, al paralizarse todas las actividades cotidianas y libre circulación de los ciudadanos que, incluso, en tiempos de guerra no sucedía. Es cierto que las medidas excepcionales dictadas por las autoridades competentes, quizás han llegado con algo de retraso, ya que desde diciembre de 2019, me supongo que el Centro Nacional de Inteligencia del Estado Español poseía suficiente información para advertir al Gobierno estatal de lo que ocurría fuera de nuestras fronteras. Sea como fuere, el plan estratégico y el conjunto de acciones aprobadas, a partir del 9 de marzo, tendrá su recompensa, con altas posibilidades de frenar la expansión en todo el territorio nacional.

     

    Yo me alegro que el Ministerio de Defensa haya desplegado un contingente de 61 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que, entre otras labores, ha emprendido desde el miércoles día 18 de marzo, acciones de desinfección en infraestructuras, en principio, las más prioritarias, como el Aeropuerto Internacional de Lanzarote, puertos, centros de salud y Hospital General. No vendría mal desinfectar múltiples de inmuebles en Arrecife, en estado de ruinas, porque están protegidos en el Catálogo Arquitectónico de Arrecife o declarados BIC, situación muy criticada por la opinión pública, arquitectos y la propia Cámara de Comercio. Si bien, estas labores de limpieza le compete al Ayuntamiento capitalino y desde hace años se le está pidiendo a gritos, por la propagación de ratas y otros bichos rastreros, además de aves, como palomas, que son un peligro para la salud de los vecinos capitalinos y visitantes. Espero, que al menos la llegada del virus Copid-19, nos aporte algo positivo para la tercera capital de Canarias.

     

    Abordar ahora la propagación del Coronavirus es prioritario, pero, en mi opinión, también el Gobierno Español debería prepararse, cara al futuro, en los asuntos relacionados con la economía, una vez se haya superado o atenuado la pandemia. Porque, según expertos económicos y en cuestiones fiscales, esta pandemia puede superar la crisis estafa, iniciada en el año 2008, que hizo quebrar a miles de empresas y autónomos, sin que el Gobierno de turno hiciera nada para reducir el impacto que produjo la crisis financiera, por una catastrófica gestión de sus dirigentes. Sólo los bancos y cajas de ahorros fueron rescatados con dinero público. Percibo, por lo que ha dicho el presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez, que la situación será diferente y que su ejecutivo tomará las medidas pertinentes para ayudar a los más desfavorecidos, incluyendo a las empresas y autónomos, sobre todo para salvar los puestos de trabajo.

     

    Ahora toca la salud física, pero la salud económica ya debe de estar en la agenda gubernamental, porque una gestión política errónea, como la de antaño, podría hacer más daño que la que está produciendo la pandemia.

     

    Y pienso que el Gobierno de Sánchez es consciente de la grave situación en la que se encuentra el territorio nacional y se alejará de políticas de austeridad y, sobre todo, del déficit público que, por supuesto, va a producir. Pero ante todo, está la sociedad civil y el sector empresarial que vivirá una nueva situación y que, con seguridad, rebasará todas las crisis anteriores y aparecerá mayores tensiones de magnitudes inciertas, si no se toman directrices valientes para aliviar y solucionar, paulatinamente, los gravísimos problemas que, en un ritmo acelerado, aparecerán, una vez se supere o se controle la expansión del Coronavirus.

     

    La actitud defensiva, con políticas serias y pragmáticas, dará sus frutos y con el paso del tiempo, se puede conseguir un estado, al menos, con cierto bienestar y seguridad. Lo que sí está claro es que el futuro que nos espera ya será distinto y hay que prepararse para experiencias nuevas y desconocidas. Por supuesto, las conquistas sociales y libertades, deben de prevalecer porque de lo contrario se corre el riesgo de algún tipo de revolución, siempre imprevisible y peligrosa.

      

    Para terminar, me hago eco del comunicado remitido por la Federación Internacional de Periodistas (FIP), martes, 17 de marzo, en la que subraya que “el papel fundamental de los medios de comunicación es suministrar a los ciudadanos información verificada y precisa, evitando un enfoque sensacionalista que puede conducir al pánico general y al miedo”. También dice que: “Los Periodistas y medios deben informar sobre hechos y con fuentes científicas fiables, sin especulación alguna, usando también un vocabulario que pueda originar un estado de alarma que no se corresponde con la realidad”. La FIP, a la que pertenece la Federación de Asociaciones de Periodistas de España , señala también que los periodistas deben ser especialmente sensibles hacia la intimidad de las personas afectadas por la pandemia y reclama a las autoridades que suministren información puntual y transparente. Hace constar la FIP que el periodismo de calidad es el mejor antídoto para luchar contra la desinformación y las noticias basura. De todos, es conocido lo que circula por las redes sociales y páginas web digitales.

      

    Por mi parte, solo deseo que se afronte, con todos los medios disponibles, la gravedad de la pandemia, al tiempo, ir preparando el futuro, por ahora incierto y en la encrucijada. Por eso, lo advierto de nuevo.

     

    Si me gustaría aplaudir el trabajo responsable y encomiable de todo el personal sanitario, farmacéutico, cuerpos policiales y militares, así como a los trabajadores públicos y privados que realizan sus labores, en la actual situación de alto riesgo para la salud. También a los empresarios hoteleros por su generosidad de ofrecer sus instalaciones, si fuera necesario. A los periodistas y reporteros gráficos, solo desearle suerte en las actuales circunstancias adversas y trabajar a contrarreloj para informar puntualmente, a un ritmo con cambios constantes y acelerados. Por ahora, es todo lo que puedo decir.

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