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El chocolate del loro

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
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    El pasado dos de noviembre, en declaraciones a la cadena SER, el consejero de Hacienda del Gobierno de Canarias explicó que tanto los consejeros como el resto de altos cargos regionales subirían este año un 0,9 por ciento sus salarios, al igual que todos los funcionarios públicos, porque el incremento establecido por el Gobierno Sánchez afecta también a los políticos. Al hacerlo abrió la caja de los truenos. Y no es la primera vez que Román Rodríguez la lía cuando adelanta decisiones del Gobierno sobre asuntos presupuestarios. Por ejemplo, el anuncio realizado sobre el incremento de entre cuatro y cinco millones de euros a la televisión canaria, que también destapó una pequeña escandalera: subir los sueldos al Gobierno o aumentar graciosamente el presupuesto de la tele, para que Francisco Moreno se luzca con pólvora ajena, resulta chocante en un momento en el que la mayoría de ciudadanos que no viven de lo público han visto sus salarios reducirse hasta un treinta y un cuarenta por ciento y pasan estrecheces importantes, y otras muchas familias de personas sin trabajo afrontan el futuro con verdadera angustia.

     

    El anuncio de Rodríguez acabó por provocar una absurda guerra de declaraciones, que ayer, en la Comisión de Presupuestos, intentó zanjar el propio vicepresidente asegurando -ahora- que los sueldos de los altos cargos no van a subir. Rectificar es de sabios, pero hacerlo sin contar la verdad es de pillos. Porque resulta que el Gobierno ya se ha subido el sueldo, en el año y medio que lleva de mandato, en dos ocasiones. Una inmediatamente después de tomar posesión, cuando se produjo una subida del 2,5 por ciento, y otra vez en plena pandemia, a la chita callando, cuando se produjo otra subida del 2 por ciento. Es significativo que esa otra subida provocó un encendido debate parlamentario, porque los diputados se negaron a aumentarse el sueldo en medio del confinamiento. Lo que se pretendía ahora era colar por la puerta falsa esta otra subida del 0,9, a sumar a las dos anteriores, camuflándola en un cambio de presentación del presupuesto.

     

    Román Rodríguez dijo ayer que ocuparse de los sueldos que ganan los políticos demuestra un "tufo trumpista". No estoy de acuerdo con él. Sospecho que al señor Trump se la retambufa lo que cobre Román. Lo que quiere decirnos el vicepresidente es que ocuparse de lo que él gana, es ocuparse del chocolate del loro, en vez de hacerlo de los problemas reales de la gente. Es cierto que con esto de los salarios se puede hacer bastante demagogia, pero en el momento presente, no dar importancia a subidas que en menos de dos años suponen más del 5 por ciento para los miembros del Gobierno y altos cargos, lo que demuestra es que esta gente vive muy alejada de esa mayoría a la que se le evaporan salario y ahorros.

     

    Unas cuentas sencillas: antes de convertirse en vicepresidente, siendo diputado y portavoz de su grupo, Nueva Canarias, Román Rodríguez cobraba del Parlamento -según su declaración de rentas y bienes patrimoniales como diputado, presentada el 19 de junio de 2019- un salario de 61.665 euros. Cuando se convirtió en vicepresidente su trabajo pasó a ser otro y comenzó a cobrar 70.172 euros, como el vicepresidente anterior. A partir del uno de enero del 2020, con los nuevos presupuestos presentados por él mismo, se subió el sueldo a 71.927 euros, pero en marzo se aplicó otra subida más, con carácter retroactivo al uno de enero, que le permitió embolsarse 73.365 euros. Y con la subida del 0,9 por ciento que ha paralizado Torres, Román estaría cobrando cerca de los 74.000 euros.

     

    Si sigue hartándose de chocolate a este ritmo, el loro de Román se nos va a morir de hepatitis.

     

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