El Progreso llega a Canarias

En este número hablaremos de “Progreso” por las connotaciones que en estos primeros meses de la nueva legislatura hemos vivido con el nuevo gobierno en Canarias. Como saben, la fragmentación política del nuevo Parlamento de Canarias ha dado a luz un escenario con 7 fuerzas políticas con diferentes ideologías y formas de ver la sociedad. El actual gobierno ha quedado formado por 4 formaciones políticas de ala ideológica de izquierdas, concretamente por el Psoe, Asamblea Socialista Gomera, Podemos y Nueva Canarias.

Pues bien, dicho pacto ha sido denominado “Pacto de las flores” ó “Pacto de Progreso” y me gustaría detenerme en esta última denominación, “de Progreso”. Según wikipedia, Progreso es un concepto que indica la existencia de un sentido de mejora en la condición humana. En política, el concepto de progreso nace en la Revolución Francesa y se identifica con la izquierda y la transformación, esto es, todo lo contrario a lo conservador. En América Latina las dictaduras de finales del siglo XIX y principios del XX se consideraron de “Orden y Progreso” en un concepto nacionalista, liberal en economía, defensa del capitalismo y la propiedad privada, pero con un fuerte sesgo intervencionista.

El giro que el nuevo gobierno de Canarias quiere acometer con el llamado “Pacto de Progreso” está basado en la sostenibilidad, solidaridad y lo social . Para ello, con el primer presupuesto recientemente aprobado, se busca una reorientación del gasto público y una revisión fiscal selectiva y progresiva. Un 75% de dicho presupuesto quedará destinado a gasto social, quedando exclusivamente un 25% para transferencias a corporación locales, a sectores económicos y a inversión pública.

Sin embargo, este “Progreso” viene acompañado de un incremento de los tributos, puesto que hay un incremento del Igic (el general del 6,5 al 7%, el de telefonía del 3% al 7%, el de bienes de lujo del 13,5% al 15% y el de electicidad del 0% al 3% -a excepción del doméstico-), se elimina la bonifación del 99,9% en el impuesto de Sucesiones y Donaciones a partir de 300.000 euros y sube el IRPF para las rentas superiores a 90.000 euros (de un 24% a un 25%) y de 120.000 euros (del 24% al 26%). Todo ello para incrementar los ingresos en unos estimados algo más de 70 millones de euros, apenas 1% del gasto no financiero (que asciende a 8.066,6 millones de euros).

Una pregunta que me ronda la cabeza es cómo quedaría Canarias si tuviera un presupuesto inverso, donde el 75% sea inversión y el 25% restante en gasto social. ¿Generaría más “Progreso” o no?.

Nadie, o eso quiero creer, quiere discutir el Estado de Bienestar que se disfruta en Europa, esto es, que el ciudadano pueda contar con un apoyo social del Estado, mediante diversas prestaciones (por desempleo, pensiones, renta básica, etc...), sanidad y educación básica. Lo que sí podemos discutir es la dimensión del Estado.

Actualmente, a grandes rasgos, en España hay unos 16 millones de personas que dependen del Estado: unos 9 millones de pensionistas, unos 3 millones de parados y unos 3 millones de empleados públicos. Por el contrario, hay unos 16 millones de trabajadores (unos 13 millones por cuenta ajena y 3 millones de autónomos). Esto es, 1 trabajador privado mantiene a 1 persona que depende de “lo público”.

Otro rasgo que caracterizará a este “Pacto de Progreso” será una mayor lucha contra el cambio climático, un elemento sin duda importante no ya para las próximas generaciones, sino para la actual. Lo que está por ver es si se perseguirá lo contaminante vía penalización o si se fomentará lo ecológico vía incentivo. Son dos concepciones que buscan lo mismo, pero distintas. Aunque ambas no son excluyentes.

Mi visión particular es que el “Progreso” debe procurar una combinación del crecimiento económico (esto es, riqueza) y desarrollo (un mayor bienestar a toda la sociedad) y para conseguirlo hay que combinar los esfuerzos buscando el equilibrio entre el mercado y la “protección” del Estado. Claro que hay que estar a favor de una Renta de Ciudadanía y de la mayor y mejor cobertura social que pueda ofrecernos la Administración Pública, pero también estoy a favor de una menor regulación administrativa (con ello me refiero a un menor papel paternalista del Estado) que facilite la inversión privada, que es la generadora de riqueza y empleo.

Lo dicho, ha llegado el “Progreso” para todos los canarios y canarias.

Javier Betancort Tubau es Licenciado en Economía, especialidad Economía Internacional. Máster en Mercados Financieros