La comunidad marroquí de Lanzarote se suma a la campaña de donación de sangre
Responden así al llamamiento urgente que ha hecho la Consejería de Sanidad por la falta de reservas en los hospitales canarios
La comunidad marroquí de Lanzarote se ha ofrecido a donar sangre ante el llamamiento hecho por la Consejería de Sanidad para donar sangre. Según ha informado a LANCELOT DIGITAL un representante de una mezquita de Arrecife están en conversaciones con el coordinador del Instituto Canario de Hemodonación y Hemoterapia (ICHH) para trasladar la próxima semana a las mezquitas de Arrecife, Puerto del Carmen y Playa Blanca, las más grandes de la isla, una unidad móvil para hacer acopio de sangre. Supone un gran gesto por parte de esta comunidad marroquí, ya que una sola de las mezquitas situadas en la capital de la isla aglutina en torno a 800 ó 900 personas.
Los hospitales canarios necesitan sangre de forma urgente. La caída de stock durante las fiestas de Navidad y la cercanía de las fiestas de Carnaval ha llevado a la Consejería de Sanidad a hacer un llamamiento a la población para que acuda a donar todo tipo de sangre.
Para ello la semana del 20 de enero una unidad móvil del ICHH estará en Arrecife, ubicándose el martes junto a la ciudad deportiva de 15.30 a 21.00 horas y del miércoles al viernes en la calle Real en el mismo horario, salvo el viernes que será de 8.30 a 13.30 horas.
Las unidades móviles continuarán a lo largo de las próximas semanas fomentando la donación de sangre con el fin de mantener y mejorar los niveles de stock de todos los grupos sanguíneos.
En cuanto al punto fijo de la Red Transfusional Canaria en la Isla abierto durante todo el año, está en el Hospital Doctor José Molina Orosa operativo de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 horas.
Desde la Consejería se aclara que es habitual que esta caída de stock se produzca en las fechas posteriores a las fiestas, en este caso Navidad, cuando es menos frecuente que la población acuda a donar. Una falta de sangre que sin embergo no ha tenido por el momento consecuencias en la atención a pacientes, fundamentalmente oncológicos y quirúrgicos que son los que más requieren del uso de sangre.
