El arqueológico muestra más de 80 cuentas marinas encontradas en el Malpaís de La Arena en La Oliva
Las cuentas que se exhiben son adornos de la cultura de los antiguos mahos
Los datos más seguros sobre el empleo de conchas de moluscos marinos para la elaboración de cuentas de colgantes se documentan en una amplia zona de África del Norte y del Sur y del Próximo Oriente, con una cronología de algo menos de 125.000 años, aunque aún hay mucho por descubrir. Los ornamentos de conchas fueron muy comunes durante el Paleolítico superior, desde hace 50 a 40.000 años en adelante, cuando se extendieron con los humanos modernos a Europa y Asia. Su uso suelen vincularse a simples adornos personales, ser un elemento indicador de la naturaleza social de su portador, protector contra el mal exterior, u otras creencias y valores aún no investigadas.
El hallazgo de la mayoría de las cuentas que se exponen, perteneciente a la cultura de los mahos, tuvo lugar en una de las cuevas del Malpaís de la Arena (La Oliva), y fue realizado por Taqui Díaz Batista y Pedro López Batista en el mes de marzo del año 1991, donándolas al Cabildo de Fuerteventura para su custodia, protección y conservación. Una de las cuentas, de morfología cilíndrica, fue localizada en un yacimiento de Puerto del Rosario, sumando la colección un total de 88 cuentas. Al ser un hallazgo casual y no haberse estudiado aún el yacimiento en cuestión, están descontextualizadas arqueológicamente, por lo que no hay estudios sobre su datación. Sin embargo, al estar asociadas a materiales pertenecientes a los mahos, es indiscutible su adscripción a dicha cultura.
El conjunto se compone de un total de 88 cuentas, realizadas la mayoría de ellas sobre conchas marinas, especialmente conus y ostrón, con una perforación central con el objeto de ser colgadas, aunque algunos ejemplares carecen de agujero central. Destaca un bellísimo ejemplar de bivalvo (pecten corallinoides), con su característico color rosáceo, a la que se le realizó una incisión con el fin de ser utilizado como colgante. Por otro lado, encontramos otras cuentas realizadas en piedra, posiblemente calcita o calcedonia, perforadas longitudinalmente, lo que nos dice mucho sobre las avanzadas técnicas que utilizaban los antiguos mahos. La morfología que presentan es muy variada: cuadrada, rectangular, cilíndrica, discoidal, bitroncocónica etc
Estas cuentas, muchas veces denominadas cuentas-placas, son muy características de la cultura de los mahos, conociéndose su existencia también en la isla de Lanzarote, pero no en el resto de Canarias. Además de este conjunto, el Museo Arqueológico de Fuerteventura custodia en sus fondos piezas procedentes de otras zonas de la isla, como Pozo Negro, Villaverde, El Cardón, Malpaís Grande etc. Asimismo, en las distintas exposiciones del Museo se exhiben ejemplares de cuentas de los mahos, en calidad de préstamo, del Museo Canario y del Museo Arqueológico de Tenerife, que fueron derivadas desde finales del S.XIX a dichos espacios museísticos y que se exhiben por primera vez en Fuerteventura.
Tradicionalmente han sido interpretadas como adornos personales de los mahos, aunque algunos investigadores aseguran que servían como elementos mágicos protectores, tanto después de muerto, en la vida de ultratumba, como en la vida terrenal. Quizá esta sea la razón por la que la mayoría de estos adornos aparezcan asociados a yacimientos funerarios, si bien también han sido encontradas en zonas de hábitat, concheros, basureros etc. Con este fin se utiliza en las tribus bereberes, quienes al usarlas, se protegen de influencias malignas. Para tal fin podrían haberlas utilizados los mahos. Otras hipótesis apuntan a que podría estar relacionadas con el cómputo del tiempo, pero aún hay mucho por descubrir e investigar.
El Museo Arqueológico de Fuerteventura quiere agradecer a Taqui Díaz Batista y Pedro López Batista su sensibilidad con el Patrimonio Cultural de nuestra isla, y tal como aparece en el acta de donación, “alabar la actitud de los donantes que han preferido la colectivización de las piezas a la privatización”. Es importante recordar que ante cualquier hallazgo de bienes arqueológicos, lo primero que ha de hacerse es comunicarlo a la Consejería de Patrimonio Histórico del Cabildo de Fuerteventura, a los agentes de Medio Ambiente o al SEPRONA, y no extraerlo del lugar, pues ello podría implicar una pérdida de información valiosa para el Patrimonio de la Isla.