El Museo Arqueológico restaura dos cerámicas aborígenes provenientes de Majanicho y el Barranco de Tinojay
El objetivo es alargar la durabilidad de los materiales y prepararlos para su exposición en las distintas salas del espacio museístico
El Museo Arqueológico continúa trabajando en la conservación de los bienes de su colección, con el objetivo de garantizar la seguridad, protección y conservación de sus fondos. Desde su apertura en 2020, una de sus líneas de actuación ha sido la conservación y restauración de los bienes pertenecientes a la cultura del pueblo majo, con el fin de alargar su durabilidad y poder presentarlos en exposición en las distintas salas del espacio.
El consejero del área, Rayco León, explica que, desde sus inicios, el Museo Arqueológico de Fuerteventura ha colaborado con la Dirección General de Patrimonio Cultural de Canarias, interviniendo en un total de veinte cerámicas de distintas tipologías y procedencias de Fuerteventura, así como cinco tapaderas de vasijas de distintos materiales. Para ello, se utiliza el criterio de seguir la mínima intervención y aplicando restauración únicamente en aquellas piezas en las que fuera necesario por su estado de fragilidad. Además, se ha intervenido al completo en la colección de herramientas metálicas procedentes de las excavaciones de Rosita del Vicario (Antigua), actualmente expuestas en la muestra ‘De Vuelta a Casa’, y se han mejorado los sistemas de exposición de distintos restos biantropológicos para una mejor conservación preventiva de los mismos
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El proyecto que se está ejecutando actualmente engloba la conservación/restauración de dos cerámicas aborígenes, que corresponden a hallazgos casuales realizados en los últimos años. Una procedente del barranco de Tinojay y otra procedente de Majanicho, en el municipio de La Oliva. Ambas cerámicas fueron entregadas en muy mal estado de conservación, por lo que además de la limpieza, es necesaria su restauración. Además, se plantea la limpieza de cuatro tapaderas de vasijas, presumiblemente de arenisca, procedentes del yacimiento arqueológico de Guriamen, que fueron encontradas asociadas a distintas cerámicas aborígenes con diverso contenido cuyo estudio, de mayor complejidad, se iniciará en breve.
Asimismo, el proyecto contempla trabajos de conservación preventiva sobre los fondos biantropológicos y de tejidos vegetales del museo, puesto que son bienes muebles de gran fragilidad. En el caso de los restos humanos, el objetivo es conseguir un sistema de embalaje que permita una mejor conservación y sobre todo un acceso más organizado por parte de los investigadores. En esta primera fase se trabajará, por un lado, los restos humanos procedentes de la cueva de Villaverde, pertenecientes a una mujer y una niña que datan de los siglos XII-XIII d.C. Por otro lado, se intervendrá en restos humanos procedentes de la montaña del Cardón y de la montaña de Tirba (Pájara), que corresponden a los enterramientos de cinco individuos (tres del Cardón y dos de Tirba), dos de ellos infantiles (1-6 años) y los otros tres de adultos (41-60 años), dos hombres y una mujer.
De los tejidos vegetales se han tomado muestran que se estudian por la Universidad de La Laguna, con el fin de conocer su adscripción histórica y especie vegetal. Consta de cinco cuerdas de fibras y un fragmento de tejido, único testimonio de esta industria de época de los majos que custodia el Museo Arqueológico de Fuerteventura. Con esta intervención, se mejora el embalaje y el almacenamiento de estos materiales en las mejores condiciones ambientales.
Por último, la restauración de tres monedas, dos de ellas encontradas en el islote de Lobos y una en el Cotillo, cierran el proyecto que actualmente está en ejecución. Al tratarse de monedas, su decoración aporta información imprescindible para su datación. Por lo tanto, es necesario conseguir una buena legibilidad de las superficies, lo que obliga a realizar una limpieza exhaustiva de ambas caras eliminando todos los elementos que distorsionan su lectura, como la corrosión superficial. En este sentido se llevarán a cabo actuaciones de conservación: limpieza, estabilización de la corrosión, y protección de la pieza ante las condiciones ambientales. Como segunda fase de la intervención se realizarán actuaciones para mejorar la conservación preventiva de la pieza, y conseguir que se mantengan las condiciones idóneas para su conservación como metal.
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