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La práctica del palo canario

 

Esta práctica ancestral, comprende una doble concepción; por una parte como actividad física y en la otra vertiente, representa una manifestación cultural que es reconocida como seña de identidad del pueblo canario

 

Cabildo de Fuerteventura

 

El palo canario o el juego del palo, como se le conoce popularmente en las Islas Canarias, se concibe como una esgrima de bastones que se realiza como práctica lúdica entre dos jugadores, con fines antagónicos pero que buscan marcar sin llegar al contacto, desarrollando para ello la habilidad y el control en el manejo de los palos. Podríamos concretar que la esgrima de palos que se conser va en el Archipiélago Canario en la actualidad, comprende varias modalidades y estilos, conformando ésta diversidad técnica la gran riqueza del palo canario. 

 

En Canarias, el uso del palo con fin diverso tiene un origen ancestral: el conocimiento documental más antiguo referido a esta práctica retrocede a la época prehispánica del Archipiélago Canario. Textos de los cronistas de la conquista y anteriores dan fe de la destreza y la pericia de los aborígenes en el manejo del palo, destacando en relación con lo expuesto, que el pastoreo constituía su principal actividad de sustento, debiendo tener la referencia de su ubicación cultural como pueblo neolítico, por lo que desconocían el metal, siendo sus utensilios elaborados con piedra, madera, hueso y lo que la naturaleza les ofrecía. En el tiempo que dura la conquista de las Islas, el palo como arma beligerante toma un protagonismo relevante, siendo utilizado con las puntas afiliadas para penetrar en las armaduras de los castellanos.

 

Por ello, no es de extrañar que después de esta contienda bélica, se establecieran prohibiciones no sólo sobre su práctica, sino sobre el simple acto de portar palos. Ante esta contumaz persecución, la transmisión de la esgrima del palo se realiza de manera oculta, siendo el reducto familiar y las zonas rurales el entorno propicio para mantenerlo vivo como legado cultural. En el posterior devenir de los siglos, aunque su práctica se mantiene de forma oculta, existen referencias escritas que han llegado hasta nuestros días de la habilidad y destreza de los canarios en el uso del palo en controversias y lances de honor, así como en los enfrentamientos contra los ataques piratas sufridos por las islas.

 

Una vez rebasado este secular período de desaparición pública, vuelve a aflorar a la luz en la segunda mitad de siglo XIX, fructificando la pluralidad de practicantes del Palo Canario en todas las islas del archipiélago. Esta práctica autóctona y tradicional es una actividad lúdica de las Islas Canarias en la que se utiliza un palo de madera, siendo éste un implemento o instrumento de diversos tamaños y con denominaciones distintas según las zonas o islas, tales como: vara, lata, garrote, macana y bastón entre otros. 

 

 

En cuanto a su estructura técnica, podríamos considerarlo como una esgrima o práctica lúdica tradicional concebida como juego de codificación flexible que se realiza entre dos jugadores, provistos de un palo, con dimensiones similares para cada modalidad y cuyo fundamento técnico principal consiste en la realización por parte de uno de los jugadores de una técnica (palo, punta de ataque, mandado o golpe) de una forma correcta, desde una posición (cuadra) apropiada, a una parte vital del otro jugador, realizándolo lo más cerca posible sin efectuar contacto, es decir, parando, reteniendo el palo. Por el contrario, el otro jugador deberá efectuar una esquiva, vacío o técnica de defensa apropiada (atajado o parada) que neutralice o bloquee el palo adversario, evitando que se acerque a él, pudiendo realizar como respuesta una acción de réplica contramandado o contragolpe. De la descripción reseñada se puede concretar la siguiente definición del Juego del Palo Canario: «Esgrima de bastones de diferentes tamaños (macana, vara, lata y garrote), cuyo fundamento se basa en la realización de técnicas de ataque, de forma controlada, que son defendidas por el otro jugador». En el Palo Canario, los movimientos que se realizan conjuntamente y coordinados por el jugador son los que establecen las posiciones y acciones de defensa y ataque que posibilitan el desarrollo del Juego.

 

Esta actividad física tiene como fundamentos básicos los siguientes caracteres: - Práctica física individual. - De oposición. - Con instrumento o implemento. - Por la manifestación de conductas motrices. En el Juego del Palo Canario, sus practicantes, además de realizar una actividad física de una gran riqueza técnica, cumplen la función de transmisores y conservadores de una tradición popular de las Islas Canarias, siendo los conocedores y dominadores de los rudimentos técnicos que posibilitan la supervivencia de esta seña de identidad ancestral. Dentro del Juego del Palo Canario existen diversas modalidades, atendiendo prioritariamente el tamaño de los palos, aunque también es determinante el agarre de los mismos, la distancia a la que se desarrolla el juego entre los practicantes y las distintas formas de realizar las defensas ante las acometidas del adversario. Con respecto a estos criterios, las modalidades que comprende esta práctica tradicional son las siguientes: - Palo Grande: se conservan el juego de la Lata en Fuerteventura y el del Garrote en Gran Canaria, aunque también se practica, en menor medida, en otras islas.

 

 

Su tamaño es superior en altura a la persona que lo emplea, aceptándose en casos excepcionales, por referencias de algunos jugadores, que el tamaño de los palos sea de la misma altura de éstos. Su grosor es generalmente uniforme en sus proporciones de un extremo a otro, las denominadas puntas. - Palo Medio: denominado también vara, está difundido por casi todas las islas del Archipiélago. Su tamaño no excede de la altura de la barbilla del jugador y como mínimo por encima de la cintura del mismo, aunque lo más frecuente es que se sitúe a la altura del corazón. Debe de ofrecer una diferenciación clara y progresiva del grosor, con dos extremos diferenciados: el más estrecho llamado punta y el más ancho denominado troso.

 

Palo Chico: casi desaparecido, sólo se conservan vestigios de su práctica por algunos jugadores aislados que lo ejercitaron en el pasado. Presenta variadas dimensiones en sus formas y grosor, siendo uniformes en el tamaño, siempre por debajo de la cintura del jugador. Existen, dentro de las modalidades del Palo Canario, los siguientes estilos tradicionales: en Palo Grande, el juego de la Lata y el del Garrote, y en Palo Medio, los estilos Déniz, Morales, Acosta, Verga, Conejero, Quintero Zamora y Hernández Medina o Garafiano.

 

En la vara se diferencian las siguientes partes: al extremo más grueso se le denomina “troso” al extremo más fino “punta” y a la parte entre ambos “medio” o “mediana”. En el garrote y la lata a ambos extremos se les denominan “puntas” El palo medio y el palo grande se manejan con dos manos, mientras que e l p a l o c h i c o s e m a n i p u l a habitualmente con una (por un extremo o por el centro). Aunque se agarren con dos manos no lo hacen de igual forma debido a unas dimensiones y peso distintos. En la vara se agarra por un extremo, el troso o la punta según el estilo, mientras que en el garrote y la lata, por su parte central. A causa de sus características morfológicas y de la forma de agarre, varían las técnicas que se ejecutan con los diferentes palos. En Fuerteventura se practica el estilo Déniz en la vara (agarre por la punta), la lata en el palo grande y la macana en el palo chico. D. Tomás Déniz fue el gran impulsor de la vara en esta Isla a comienzos de los ochenta del siglo pasado, mientras que la lata se logró recuperar gracias a los hermanos Simeón y Domingo Alberto.

 

Actualmente existen cuatro sedes de enseñanza del Palo Canario en Fuerteventura (Puerto del Rosario, Gran Tarajal, Corralejo y Villaverde) gracias a la colaboración de la Consejería de Deportes del Cabildo de Fuerteventura y la Federación de Juego del Palo (FEJUPAL). 22 El proceso de elaboración de un palo es muy interesante, ya que hay que cortarlo cuando la luna está en cuarto menguante, porque la savia está en la raíz, y de la parte ventosa y con menos nudos del árbol. Después del corte, es fundamental su preparación, en donde intervienen el fuego para enderezarlo y quitarle la corteza o cáscara para luego lijarlo antes de dejarlo secar al sol y al sereno después de untarlo con grasa animal o sebo. Las maderas más utilizadas son: acebuche, membrillero, afollado, acebiño, palo blanco, mocanera, tarajal blanco, almendrero, sabina, etc.

 

La práctica pública de estas actividades lúdicas va asociada a las fiestas y exhibiciones relacionadas con algún acontecimiento social. La práctica se realiza en un espacio suficientemente amplio y libre para permitir el desplazamiento de jugadores e implementos durante el desarrollo del juego. La distancia de enfrentamiento y el agarre de los palos es variable y condicionado por su tamaño y las estrategias empleadas por los jugadores. Las gestualidades utilizadas, determinadas por la morfología y el agarre del palo, persiguen golpear, enganchar o clavar el palo, o derribar al adversario, así como las posibles respuestas defensivas ante estas acciones. Los acuerdos acerca de la técnica o gestualidad se refieren a la posición inicial para comenzar el juego o cuadra de juego, a la necesidad de marcar y no golpear, y a no rehuir el juego saliendo del espacio de juego.

 

No existe competición. Al no existir una reglamentación de la actividad no resulta pertinente hablar de red de resultados ni existe sistema de tanteo. A pesar de ello, sí existe consenso entre los jugadores de palo para interpretar acciones valorables en la forma de marcar un golpe al adversario y de evitarlo. La figura del “hombre bueno” es importante en el juego; es la persona conocedora del manejo del palo que se encarga de que las acciones se ajusten a la tradición y de controlar cualquier elemento de violencia que pueda aparecer en el desarrollo del enfrentamiento. Esta función suele ser desempeñada por los “maestros” o los jugadores más destacados.

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