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Las islas menos pobladas, en peligro

 

 

 

“Si no hay una rebelión de los diputados de las islas menos pobladas, la traición se habrá consumado en Canarias en los próximos días”, señalaba un analista político a LANCELOT DIGITAL. Según publica Canarias 7 en su edición de este viernes, día 12, en las próximas elecciones autonómicas en lugar de 60 parlamentarios se eligirán a 70, con una especie de lista regional de nueve diputados, y un diputado más para la isla de Fuerteventura.

 

Eso significa en la práctica que los sectores más insularistas e insolidarios de Gran Canaria y Tenerife habrán ganado por fin la batalla emprendida desde hace años para romper el sistema de la llamada triple paridad. Un sistema electoral que tanto costó sacar en su día a prohombres de las islas menores quienes se enfrentaron en aquel entonces a los poderes fácticos de las islas capitalinas.

 

Hombres como el lanzaroteño Rafael Stinga y Asier Galván, que lucharon hasta extenuación en la etapa preautonómica para aprobar un sistema de equilibrios en el archipiélago que impidiera que siguiera aumentado el poder político y económico de Gran Canaria y Tenerife en detrimento de las isla menos pobladas y que se plantaron ante los grandes del insularimos tinerfeño y canarión.

  

“Si ya el poder político real de Canarias está en Gran Canaria y en Tenerife, si las grandes empresas están en esas islas, si ya por las llamadas economías de escalada es casi imposible para las empresas de Lanzarote o de La Palma competir en igualdad de condiciones con las de las islas más pobladas, ahora, aumentado el poder de las islas capitalinas, la brecha cada vez será mayor en favor de grancanarios y tinerfeños”, señalaba ese analista lanzaroteño.

  

Cambiar a peor

  

El actual sistema que quieren imponer los partidos como Psoe, Podemos y Nueva Canarias y que se llevará a la ponencia del día 16 en el Parlamento de Canarias para posteriormente introducirse en el nuevo Estatuto de Canarias, que se aprobará en Madrid en los próximos meses, es un sistema de restos mediante el cual se dará más peso a las islas más pobladas. Es decir, de los nuevos nueve diputados la mayoría, por no decir la totalidad, serán de los partidos de las islas de Gran Canaria y Tenerife.

  

Es una especie de esperpento, una variante de la llamada lista regional por la que abogaba el Psoe pero que tenía muchos detractores por considerar que se elegía a diputados de primera (los que fueran en la lista regional) y de segunda categoría (los que fueran por la circunscripción insular).

 

Además, con esa lista de restos se aumenta ostensiblemente el gasto que nos cuesta a todos los canarios, 10 diputados más cuando lo que pide la gente en esta época de crisis es quitar los gastos superfluos en la clase política. Ese dinero vendría muy bien por ejemplo para dedicarlo a bajar las listas de espera en las urgencias de hospitales en lugar de seguir “tirando dinero” en cargos políticos.

 

Por lo tanto, si los diputados de las islas menos pobladas no se rebelan contra las direcciones de sus partidos, el próximo dia 16 en la Ponencia la llamada traición de los líderes políticos de los partidos de las islas periféricas se habrá consumado. Un paso que ya jamás tendrá vuelta atrás y donde la calidad de vida de los lanzaroteños y del resto de islas menos pobladas irán a peor cada año. Y eso se lo debemos a la falta de altura de los líderes insulares que no han sabido enfrentarse a las direcciones de Gran Canaria y Tenerife. Lo que persiguen los poderes fácticos de Tenerife, pero sobre todo de Gran Canaria es tener más poder del que ya disfrutan en detrimento de los derechos de los ciudadanos de las islas no capitalinas.

 

 

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