Marruecos no está de broma
Las denominadas “tierras raras” se convertirán a corto plazo en uno de los recursos mineros más importantes en las nuevas sociedades tecnológicas en las que ya estamos inmersos. Ordenadores, teléfonos móviles, cerámicas avanzadas, coches eléctricos, microondas, fibra óptica, sistemas de iluminación, láseres, misiles, satélites, paneles solares, precisan de estos elementos para su funcionamiento.
Todos estos productos, del más común al más sofisticado, necesitan para funcionar de alguno de los 17 elementos químicos que se conocen colectivamente como tierras raras. Esta nueva minería que demanda la sociedad actual será el eje sobre el que giren las relaciones geopolíticas y puede convertirse las nuevas excusas de las guerras comerciales y reales de los tiempos que nos sobrevienen.
Canarias “posee, o cree poseer”, solo en los montes submarinos al suroeste, unos dos millones de toneladas de metales raros con los que podría abastecer la demanda mundial durante diez años. Parece ser que científicos españoles conocían desde antes de 2011 que sobre los volcanes submarinos localizados al Sur/suroeste de Canarias, llamados: Las Hijas, Bimbache, Echo, Paps, Pelicán, Ico, Infinito, Drago y Tropic, se hallaban yacimientos de ferromanganeso.
Pero es esta una minería excesivamente contaminante, dándose la contradictoria situación de que para generar los elementos de la era tecnológica y en teoría el nuevo Green Deal, en los territorios donde se realiza esta minería, quedan devastados por la cantidad de residuos que genera esta minería de elementos bajos en Carbono.
El problema es que es difícil encontrar estos minerales en concentraciones suficientes para que merezca la pena su extracción. Una extracción que puede conllevar riesgos medioambientales y para la salud: en los yacimientos pueden estar mezclados incluso con elementos radiactivos, como el torio. Y en el proceso de separación se generan abundantes residuos tóxicos que pueden contaminar el aire, agua y suelo de los alrededores
Marruecos litiga
Marruecos, ha planteado en las últimas semanas su posición en cuanto a su “capacidad de litigar” por sus aguas jurisdiccionales. Lo ha hecho de forma pausada, tratando de darle sentido legal dentro de su marco jurídico. Es cierto que planteando las posibilidades de negociación con estados limítrofes. Pero Marruecos no da puntada sin hilo.
El estado Español ya había solicitado la ampliación a la ONU de las aguas jurisdiccionales canarias al sur del Archipiélago, planteaba ampliar a 300 millas la Zona Económica Exclusiva (el monte submarino Tropic está a 261 millas del sur del Hierro).
Pero en este tipo de circunstancias en las que no se trata de un estado archipielágico, sino una región aislada de un estado, no se puede litigar por Zonas Económicas, al parecer el derecho internacional le concede 24 millas náuticas a estas situaciones (Francia en 1992 ganó un litigio a Canadá donde obtuvo para su archipiélago de Saint Pierre et Miquelón 24 m/n de aguas jurisdiccionales y un pasillo de ZEE de 10,5 m/n de ancho por 200 m/n de largo)
De esta forma la página 46 de La Ley del Mar en PARTE IV ESTADOS ARCHIPELÁGICOS el Artículo 46 explica claramente que los archipiélagos que no son Estados Archipelágicos no poseen derecho sobre las 200 Mn de aguas de ZEE ni tampoco sobre las 150 M/n extras
Limbo en aguas saharauis
Por otro lado, el volcán submarino Tropic, pieza mas codiciada en este nuevo formato minero, se encuentra a 261 millas de la costa saharaui. Marruecos pugna desde hace 44 años por el reconocimiento por parte de la comunidad internacional de sus derechos soberanos sobre un territorio ocupado que Naciones Unidas no reconoce. Por tanto tampoco reconoce sus derechos sobre el mar circundante.
Nunca había tenido importancia alguna hasta que una expedición británica con colaboración española descubrió en 2016 que estaba recubierto de unas costras compuestas de telurio y cobalto, dos de los metales más preciados para la fabricación tecnológica.
Los estudios realizados dicen que ahí estaría el 10 por ciento de las reservas mundiales conocidas de telurio, que es vital para la fabricación de placas solares. También habría cobalto para fabricar hasta 275 millones de vehículos eléctricos.
El mundo cambiante
Todas estas circunstancias nos llevan a una situación novedosa ante las nuevas maneras de la política internacional y a los movimientos en el Status Quo. La guerra comercial entre China y EEUU está muy relacionada con la nueva minería de metales bajos en carbono. China tiene la mayoría de las reservas mundiales, además de pocos escrúpulos en la contaminación que genera.
Además Pekín amenaza con la posibilidad de limitar sus ventas de estos minerales a EE UU. Es su gran as en la manga en el pimpón de medidas y represalias comerciales en que las dos naciones están inmersas, teniendo en cuenta que el año pasado, el 80% de las compras estadounidenses de tierras raras procedieron de China.
Los norteamericanos con el nuevo nacionalismo encarnado en Trump, tienen más relación gubernamental con Rusia que con sus aliados de la OTAN, y es en este contexto geopolítico donde Marruecos mueve ficha.
Es cierto que con prudencia, es cierto que dando un paso disfrazado de legalidad, es cierto que con visos de poder litigar con garantías. Pero lo que es más cierto es que Marruecos no está de broma.