El origen de los canarios
Los avances en genética han permitido reconstruir la historia de los primeros canarios con un nivel de detalle sin precedentes
Las Islas Canarias han sido, desde tiempos remotos, un punto de encuentro entre culturas y civilizaciones. Durante siglos, la incógnita sobre el origen de los primeros habitantes del archipiélago ha fascinado a historiadores, arqueólogos y genetistas. Recientes estudios genéticos han aportado información clave que confirma y amplía lo que ya se sabía: los aborígenes canarios procedían del norte de África, pero su historia es más compleja de lo que se pensaba.
Las investigaciones desarrolladas por la Universidad de La Laguna, en colaboración con instituciones como la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Universidad de Stanford y la Universidad de Durham, han analizado ADN mitocondrial de restos arqueológicos y de la población actual. Estos estudios han confirmado una fuerte vinculación con los bereberes norteafricanos a través del haplogrupo U6, en especial el linaje U6b1a, exclusivo de Canarias.
Sin embargo, los análisis genéticos han revelado que la población aborigen no era homogénea. Algunas islas, como Tenerife y Gran Canaria, albergaban comunidades más diversas y con una mayor estabilidad poblacional, mientras que en otras, como El Hierro o La Gomera, la baja diversidad genética sugiere un aislamiento prolongado.
Uno de los descubrimientos más interesantes es la evidencia de, al menos, dos oleadas de colonización en el archipiélago. Los estudios han identificado haplogrupos como el U6c1, exclusivo de las islas orientales, lo que sugiere que estas pudieron haber sido ocupadas primero o por un grupo distinto al que llegó a las occidentales.
Asimismo, se han identificado nuevos linajes genéticos autóctonos de Canarias, como los haplogrupos H1e1a9, H4a1e, J2a2d1a y L3b1a12, que muestran conexiones con poblaciones del Próximo Oriente y con migraciones neolíticas europeas. Esto indica que los bereberes que llegaron a Canarias ya eran una población mestiza con influencias mediterráneas.
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Otro debate que la genética está ayudando a esclarecer es el grado de contacto entre las distintas islas antes de la llegada de los europeos. Mientras que algunos estudios sugieren que hubo intercambios entre las poblaciones insulares, la diversidad genética encontrada en islas pequeñas y con menos recursos indica que muchas de ellas pudieron estar relativamente aisladas durante largos periodos.
Las crónicas de la conquista europea mencionaban diferencias culturales y lingüísticas entre los aborígenes de distintas islas, lo que apoya la hipótesis de un contacto limitado. Sin embargo, es posible que las dificultades para la navegación y la escasez de recursos en algunas islas hayan influido en este aislamiento.
Con la conquista castellana en el siglo XV, la población indígena se vio reducida y mezclada con colonos europeos y esclavos africanos. Los estudios genéticos muestran que los canarios actuales descienden principalmente de tres grupos: los aborígenes supervivientes, los colonos europeos y los esclavos africanos.
En términos de ascendencia materna, se estima que el 55,9% del ADN mitocondrial de los canarios procede de los aborígenes, mientras que el 39,8% tiene origen europeo y el 4,3% proviene del África subsahariana. Este porcentaje varía entre islas: La Gomera y La Palma presentan la mayor proporción de herencia indígena, mientras que El Hierro muestra una supervivencia nula si se considera solo la población aborigen de la isla, aunque estudios más amplios indican que los herreños comparten un 36% de ascendencia indígena con el resto del archipiélago.
Los avances en genética han permitido reconstruir la historia de los primeros canarios con un nivel de detalle sin precedentes. Aunque su cultura y lengua se perdieron tras la conquista, su legado sigue presente en la población actual. Canarias no fue un refugio de pueblos aislados, sino un crisol de migraciones que dejaron su huella en la genética y en la identidad de sus habitantes.
Estos descubrimientos nos acercan más a comprender quiénes fueron los primeros canarios y cómo sus raíces siguen vivas en la historia del archipiélago.