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Fuerteventura: Paraíso instagrameable y el reto del turismo sostenible

Promoción y daño van de la mano en los tiempos de la fotografía de promoción personal

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
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    “Si no me hago un selfie es que no estuve” es la máxima en los tiempos de la exposición personal en redes. El turismo se ha convertido, para muchos, en un punto de encuentro entre el ego y los “likes” que puedan dar sus conocidos en las redes sociales

     

    Fuerteventura, para desgracia de muchos, pero con mucha fuerza promocional,  se ha convertido en un destino de ensueño para los amantes de este tipo de fotografía y las redes sociales.

     

    Sus paisajes únicos, desde playas paradisíacas hasta formaciones geológicas surrealistas, la han posicionado como uno de los lugares más 'instagrameables' del planeta. Sin embargo, el auge del turismo basado en la imagen también plantea serios desafíos para la conservación ambiental y la sostenibilidad de la isla.

     

    Los rincones más fotografiados de Fuerteventura

     

    Desde el icónico Arco de las Peñitas hasta la exótica Playa de las Palomitas, la isla cuenta con una variedad de escenarios naturales que atraen a viajeros y creadores de contenido.

     


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    En este sentido las redes están inundadas de fotografías en muchos puntaos de la isla, pero hay un determinado numero de espacios que se han convertido en tendencia y a la vez están “malditos” por la cantidad de gente que los visita “solamente para una foto”.

     

    Así un espacio  que se ha convertido en un referente es el Arco de las Peñitas, ubicado en el Barranco de las Peñitas, este arco natural de piedra es una joya geológica y uno de los paisajes más fotografiados de la isla, con el consiguiente deterioro del espacio. “hay veces que hay que hacer cola para la foto”, afirma un caminante de la zona

     

    La Playa de Cofete es otro de estos espacios, un enclave virgen en la península de Jandía, famoso por su belleza salvaje y sus aguas cristalinas, pero con un peligroso componente en el baño que trae muchas desgracias.

     

    Las Dunas de Corralejo son también un referente de Instagram, “un paisaje desértico único que contrasta con el azul intenso del Atlántico, ideal para capturas al amanecer o al atardecer”, pero seriamente amenazado por la multitud de turistas que llegan cada día para la foto.

     

    La Playa de Sotavento,  “su laguna de marea y aguas turquesas la convierten en un escenario perfecto para fotografías de ensueño”, este espacio es mayoritariamente fotografiado desde lejos por lo que disfruta de otro status.

     

    El espacio volcánico del Calderón Hondo es uno de los más antropizados y cada día es visitado por miles de personas sin control, este “volcán extinto con un sendero que lleva hasta su cráter, desde donde se obtienen vistas panorámicas espectaculares”, peligra por el comportamiento de los visitantes que no conocen ni quieren conocer el peligro de desaparición del espacio.

     

    El Barranco de los Enamorados es otra de los espacios en peligro en el norte de la isla, “también conocido como Barranco de los Encantados, sus formaciones geológicas crean un paisaje casi lunar”, la zona corre peligro no solo por turistas sino por desalmados en moto que no respetan ni un metro del lugar.

     

    La Playa de las Palomitas es uno de los primeros espacios que volaban en la red para los instagramers, “famosa por sus peculiares piedras blancas que asemejan palomitas de maíz, convirtiéndola en un lugar de gran atractivo visual”, corren el riesgo de desaparición al llevarse los turistas lo rodolitos que la forman.

     

    El lado oscuro del turismo instagrameable

     

    Si bien estas imágenes virales han contribuido a la proyección internacional de Fuerteventura, también han traído consigo un impacto negativo en el ecosistema local. La masificación en algunos de estos espacios naturales ha generado problemas como la erosión del terreno, el aumento de residuos y la alteración de la fauna autóctona.

     

    "El turismo descontrolado en lugares como las dunas de Corralejo o el Barranco de los Enamorados pone en riesgo su conservación. Es fundamental que los visitantes sean conscientes del impacto que pueden generar y respeten las normativas de protección", señalan desde colectivos ecologistas de la isla.

     

    A esto se suma el fenómeno de la "turistificación", que puede provocar el encarecimiento de la vida en zonas populares y el desplazamiento de la población local, así como la reducción de la experiencia turística a la simple búsqueda de la foto perfecta, dejando de lado la riqueza cultural e histórica de la isla.

     

    Hacia un turismo responsable

     

    Para garantizar un equilibrio entre la popularidad de Fuerteventura en redes sociales y la conservación de su entorno, es clave apostar por el turismo sostenible. Esto implica la educación ambiental de los viajeros, la implementación de restricciones en espacios vulnerables y la promoción de experiencias turísticas más profundas y enriquecedoras.

     

    "Fomentar el respeto por el medio ambiente y la cultura local es esencial para que las generaciones futuras también puedan disfrutar de estos paisajes", concluyen expertos en ecoturismo.

     

    Fuerteventura seguirá siendo un paraíso instagrameable, pero depende de todos que continúe siéndolo de manera sostenible.

     

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