La presencia italiana en Fuerteventura transforma la realidad majorera
En tan solo cinco años el número de ciudadanos italianos en la isla ha pasado de una cifra cercana a los 7.000 a superar la barrera de los 20.000
Hace exactamente cinco años, en febrero de 2020, publicábamos un artículo en el que hablábamos de las interesantes revelaciones ofrecidas por el ponente Ramón Díaz Hernández, Catedrático de Geografía e Historia de la Universidad de Las Palmas, en una conferencia promovida por la Asociación Mercedes Medina Díaz, en la Casa de la Cultura de Arrecife, en Lanzarote, sobre la rápida y creciente presencia de italianos en las islas. En ese momento en Fuerteventura residían 6.934 italianos. Hoy, tan solo cinco años después, la cifra supera los 20.000.
Corralejo y otros enclaves del norte de Fuerteventura, se han convertido en lugares donde la cultura italiana ha echado raíces con una intensidad que pocos habrían imaginado hace unas décadas. La llegada masiva de ciudadanos italianos, facilitada por la libre circulación dentro de la Unión Europea, ha transformado el norte isleño en una auténtica "Little Italy" en plena tierra majorera.
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El auge de la vivienda vacacional ha sido un factor clave en esta transformación. Muchos italianos han invertido en apartamentos y villas destinadas al alquiler turístico. El tejido empresarial también ha cambiado radicalmente, un tejido empresarial que en los últimos años se ha nutrido de empresas y emprendedores transalpinos que no han dudado en apostar por establecer sus negocios aquí.
La comunidad italiana ha logrado consolidarse con fuerza, mientras Fuerteventura se enfrenta al reto de cómo modular el impacto que tendrá esto en la cultura autóctona. La isla de Fuerteventura, que mantiene un frágil equilibrio para hacer pervivir sus costumbres y tradiciones, no tiene el mismo margen que grandes ciudades europeas para absorber cambios tan drásticos en un espacio tan corto de tiempo sin comprometer su esencia.
Además, problemas como el difícil acceso a la vivienda para los residentes en la isla o los limitados recursos e infraestructuras educativas, sanitarias y de seguridad se unen a un crecimiento poblacional que ha desbordado todas las previsiones.