Las Palmas la lía en Barcelona 53 años después
El equipo de Martínez se impone al de Hansi Flick y vuelve a vencer en territorio culé al todopoderoso líder culé
Esta UD Las Palmas puede con todo. El equipo de Diego Martínez se doctora sobre el césped del Estadio Olímpico Lluís Companys y manda a la lona al FC Barcelona de Hansi Flick, líder destacado de LaLiga EA Sports. Los goles de Sandro (49') y Fábio Silva (67') superan al materializado por Raphinha (61') y sirven para volver a ganar al Barça en territorio culé después de más de 50 años, pues el último triunfo ante el primer equipo blaugrana en la Ciudad Condal databa hasta este sábado en la temporada 1971/1972. Todo un zarpazo en la lucha por la permanencia en Primera División, venciendo donde nadie lo había hecho esta temporada.
Con sorpresas en el once. Así se presentó este sábado en la Ciudad Condal una UD, la de Diego Martínez, muy poco dada a ejecutar tantos cambios como en esta ocasión. Y es que aunque parezcan pocos, atendiendo a los precedentes desde el aterrizaje del estratega gallego en Gran Canaria, no lo son. Hasta tres piezas fueron modificadas en la alineación para enfrentar al todopoderoso Barça de Hansi Flick -líder destacado desde el arranque del presente campeonato-, una de ellas más que reseñable: la de Dário Essugo. El portugués, inamovible y clave tanto en los esquemas de Carrión como en los del propio Martínez, quedó fuera incluso de la lista de convocados por diferentes problemas físicos -según la versión del club-.
El encargado de sostener al equipo y aportar equilibrio en el centro del campo, fuera de juego. La misión, más difícil todavía. De esta manera, Cillesen; Viti, Álex Suárez, McKenna, Mika Mármol -elegido en el lateral zurdo para paliar las ausencias de Muñoz y Sinkgraven-, Campaña, Kirian, Javi Muñoz, Moleiro, Sandro y Fábio Silva dieron forma a una alineación titular encargada de hacer frente a un rival que, pese a tener ya recuperado a Lamine Yamal, decidió resguardarle en el banquillo. Más allá de la magnitud del oponente, del escenario y de todo el contexto en general, el objetivo estaba más que claro: salir sin complejos a ejecutar un plan de partido que, en días como este, debe salir a la perfección. "No firmo nada, yo lo que quiero es ganar", dijo el míster antes del viaje. Y así, con esa idea, los suyos saltaron al verde.
Sandro, durante la zancada que supuso la primera ocasión de la UD. / LaLiga.
Sandro, durante la zancada que supuso la primera ocasión de la UD. / LaLiga.
Pese al mayor dominio inicial del Barça, con pantalón blanco para honrar su primer uniforme en la celebración del 125 aniversario, Las Palmas salió cómoda. Tanto, que protagonizó la primera ocasión del partido después de una gran salida de balón que, tras pasar por Cillesen, Álex Suárez y Viti, desembocó en Sandro. El '19', rápido como antaño, dejó atrás a Iñigo Martínez con un amago de quilates con el que, gracias a su gran zancada, apuró línea de fondo hasta encontrar a Javi Muñoz, pero el '5' amarillo no acertó a rematar lo que hubiera sido el 0-1. Como contestación, los blaugranas probaron por primera vez los guantes de Cillesen con un fortísimo disparo de Fermín, quien aprovechó un exquisito pase entre líneas de Pablo Torre para controlar y dejarlo todo de cara en busca del primero, pero el holandés se hizo grande bajo palos para mantener la igualada.
Las Palmas rozó el 0-1 tras una gran zancada de Sandro y, posteriormente, con una múltiple ocasión en área blaugrana
El partido, más que un monopolio futbolístico de los de Flick con los de Martínez defendiendo agazapados -lo que muchos pensaban que iba a ocurrir-, se convirtió en una disputa más que entretenida. ¿Por qué? Pues porque la Unión Deportiva no acudió al Estadio Olímpico Lluís Companys a verlas venir. Por eso, tardó muy poco en volver a rozar la sorpresa, pero ni McKenna, ni Álex Suárez, ni Moleiro, ni Sandro acertaron a mandar al fondo de la red una múltiple ocasión que, en primera instancia, si el escocés no hubiera errado al rematar, probablemente habría reventado el arco defendido por Iñaki Peña. Todo ello después de un milimétrico envío por alto de Campaña a Javi Muñoz, quien cedió atrás para desatar la mentada lluvia de intentos. Cumplido el ecuador de la primera mitad, los locales tuvieron que mover fichas por primera vez tras un golpe sufrido por Balde en la nuez que, por momentos, le dejó sin respiración, lo que le obligó a dejar su puesto a Gerard Martín.
Mientras, Las Palmas siguió a lo suyo. Tal y como ya se ha dicho en partidos anteriores, esta nueva versión permite estar igual de cómodos con y si balón. Por eso, tras varias aproximaciones mal finalizadas por el Barcelona, los amarillos continuaron esperando pacientes cualquier posibilidad de poder mostrarse en ataque. Precisamente, lo que hicieron con un nuevo envío en largo para Javi Muñoz. El interior de Parla, en carrera, apuró lo máximo posible hasta finalizar con la zurda, pero su ajustado disparo se marchó ligeramente desviado. A falta de menos de diez minutos para finalizar la primera parte, la sensación en 'Can Barça' era la de estar sufriendo muchas más complicaciones de las esperadas. Y erráticos en ataque -Koundé, con todo de cara, mandó una volea directa a las nubes y Raphinha un disparo al larguero-, los culés marcharon notoriamente preocupados al túnel de vestuarios, encarado, sin embargo, con mucho optimismo por una UD más que satisfecha por estar llevando a cabo a la perfección su plan. El de estar metida en el partido en todo momento.
Lamine, dentro y la UD golpea
Para la reanudación, Flick no pudo aguantar más y puso en liza a Lamine Yamal. El talentoso futbolista, clave en la consecución de la Eurocopa para España el pasado verano, saltó al verde bajo la sonora ovación de los más de 40.000 blaugranas presentes en la grada. Sin embargo, más que castigar, lo que sufrió el Barça fue un castigo. "Vamos a jugar, vamos a asociarnos", gritó Sandro en el túnel de vestuarios antes de volver al terreno de juego. Y vaya si lo hizo Las Palmas. El equipo amarillo, con una nueva -y magistral- salida de balón, consiguió ponerlo todo de cara para que Sandro, en boca de gol, fusilara a Iñaki Peña y, esta vez sí, pusiera el ansiado 0-1 en el marcador. Por derecho propio, los amarillos lograron ponerse en ventaja, haciendo honor así a los méritos realizados durante la primera mitad. En ese momento, el entrenador alemán decidió agitar el avispero en busca de la
Con un triple cambio -Héctor Fort, Ferrán Torres y De Jong (dentro) por Koundé, Fermín y Gavi-, el Barça trató de ponerlo todo en orden en poco tiempo. Y asumiendo mucho más control que durante el resto del partido, intentó empezar a someter a una Unión Deportiva que, con mucho trabajo, logró paralizar las numerosas acometidas ofensivas protagonizadas por los locales. Todas, menos un fortísimo zapatazo de Raphinha que puso el 1-1 en el marcador. Pero con Cillesen luciéndose bajo palos, el cuadro canario, tan certero como en los sueños de cualquier amarillo de cuna antes de visitar Montjuic, volvió a asestar un nuevo golpe sobre la mesa, esta vez con otro flechazo de Fábio Silva. El portugués, zafándose a la perfección con una zaga que, día sí y día también, juega al límite con el fuera de juego, no falló al fusilar un exquisito globo de Javi Muñoz para hacer enmudecer por completo al Lluís Companys.
Con Las Palmas de nuevo en ventaja, Martínez dio entrada primero a Loidoice por Campaña y, posteriormente, a Marvin Park y Jaime Mata por Sandro y Fábio Silva. Con los de casa volcados en busca del empate, no quedó más remedio que bregar con todo por la consecución de tres puntos vitales en la lucha por la permanencia en Primera División. Con Cillesen manteniendo la flechita verde hacia arriba, parecía un poco más fácil. El guardameta, notoriamente cómodo bajo palos, desvió todo tipo de ocasiones, como un lanzamiento de falta de Raphinha que le obligó a exprimirse al máximo. Entraron Fabio y Benito por Kirian y Viti. Y cuando el árbitro añadió ocho de alargue, con Mika Mármol fundido, llegó la hora de McBurnie, llamado a pegarse con todos hasta el final.
Con el corazón en un puño y las pulsaciones por las nubes, la Unión Deportiva logró frenar todas y cada una de las acometidas del Barça. Y la empresa, harto complicada, se logró cumplir. Los de Diego Martínez demostraron poder con todo para dar un verdadero zarpazo en la lucha por la permanencia en Primera División, venciendo donde ningún equipo hasta el momento -entre Liga y Champions- había logrado sumar durante la presente temporada y firmando, además, un triunfo frente al primer equipo culé en la Ciudad Condal que no se conseguía desde la temporada 1971/1972.