Marruecos y España no hablan de las aguas canarias
La Reunión de Alto Nivel queda como un acercamiento de buenas intenciones sin entrar en los temas más espinosos
La Reunión de Alto Nivel (RAN) porotagonizada por los gobiernos de España y Marruecos a principios de semana queda como un ejercicio diplomático de altura, realizado con un importante “encaje de bolillos” por parte de ambos gobiernos, que deja sensación de buenas relaciones pero que no acaba por concretar en que espacio se negociarán los asuntos verdaderamente “peliagudos”.
En este sentido en los dos escasos días de encuentro en Rabat, a pesar de todo, afloró un pacto entre caballeros: Sánchez y el primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch, determinaron ejercer "el respeto mutuo" para evitar "lo que ofende" a ambas soberanías.
Este compromiso reinó en la cumbre. Se obviaron en consecuencia las materias que habitualmente originan tensión, las clásicas reivindicaciones jurisdiccionales de Marruecos acerca de Ceuta, Melilla y parte de las aguas que rodean a las Islas Canarias.
Cuestión del Sahara
En toda la RAN sobrevolaba la circunstancia de que el gobierno español ha legitimado con su posición sobre el Sahara el modelo planteado por Marruecos a la ONU de un sistema autonómico para el Sahara bajo soberanía marroquí.
Esta postura satisface a Marruecos pero queda supeditada a un recorrido más amplio en Naciones Unidas, además el control sobre el espacio aéreo saharaui sigue en poder español (se lleva desde Las Palmas) y no se entró en el conflicto del Coltán del Monte Tropic, que estaría en aguas Canario-Saharauis, nunca marroquíes con el actual status quo internacional.
Aguas que rodean al archipiélago
Este punto tampoco tuvo el protagonismo que se esperaba en la cumbre. La cuestión pasó desapercibida, máxime cuando la mediana parece la medida mutuamente aceptada de delimitación y cuando el espacio marítimo al sur del archipiélago y frente al Sahara Occidental no parece sujeto de derecho internacional en el que Marruecos pueda litigar hasta solucionar en la ONU la situación del este territorio.
Cuestión migratoria
En este sentido tampoco se aportan grandes soluciones más que la declaración de intenciones que ya ha hecho Marruecos y un fortalecimiento de las fronteras y de las formas con los inmigrantes subsaharianos.
Este asunto está levantando ampollas entre los defensores de los derechos humanos ya que la actitud represiva de la gendarmería marroquí en este sentido agrava, más si cabe, la situación de miles de personas que huyen de países en conflicto o de la más absoluta de las miseria.
Ceuta y Melilla
Marruecos evita, y el gobierno español también, plantear directamente la soberanía de ambas ciudades norteafricanas, si bien es cierto que hay un amago de reconocer la frontera de Ceuta por parte de Marruecos, cuestión que nunca antes se había producido.
En definitiva en toda la reunión ha sobrevolado la intención de mantener un perfil conciliador, dialogante y diplomático, de forma que se pueda ir construyendo el edificio de las relaciones entre dos países tan diferentes y a la vez tan cercanos. Europa vigila y suspira por dejar que tener que mirar su dependencia energética en el norte.
