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Unos 15 viajeros del vuelo a Lanzarote del viernes anuncian acciones legales

 

"Nos parece una barbaridad que en Barajas no haya ni un solo termómetro ni pruebas"

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
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    Este viernes, la eficacia del protocolo sanitario de prevención establecido en los aeropuertos españoles saltó por los aires. Medios de todo el país se hacían eco de la llegada de un pasajero contagiado por Covid-19 a Lanzarote en un vuelo de la compañía Iberia Express procedente de Madrid. Había falseado, presuntamente, la declaración jurada exigida para volar, pues estaba a la espera de recibir los resultados de una PCR, prueba que se había realizado por haber estado en contacto con un familiar infectado y cuyo diagnóstico conoció en pleno viaje.

     

    Una vez constatado el positivo, autoridades, personal sanitario y de emergencias actuaron con celeridad para evitar males mayores. Del total del pasaje, conformado por 135 viajeros, a 13 personas —sin contar el positivo— se les ha indicado la obligatoriedad de realizar aislamiento domiciliario y seguimiento sanitario con motivo de su cercanía con el enfermo. El resto de pasajeros no debe hacer ningún tipo de aislamiento, ya que no está indicado al no haber tenido contacto suficiente para que se produjera un contagio. Por su parte, la tripulación regresó a la capital de España, dado que tampoco se expuso a una transmisión del virus.

     

    Entre quienes han tenido la obligación de aislarse hasta que se esclarecieran los hechos se encuentra Míchel Lozano, empresario residente en Pozuelo de Alarcón que se ha desplazado a Lanzarote para cerrar un acuerdo laboral. Él es una de las personas que han estado confinadas hasta este sábado en el hotel BlueSea, complejo habilitado por el Cabildo al que este viernes se desplazaron 36 viajeros del IB-3856, algunos de forma voluntaria. No obstante, conforme avanzaban las horas, varias personas han ido abandonando el alojamiento y han vuelto a sus domicilios al recibir luz verde por parte de Sanidad. Fuentes consultadas por este medio apuntan que, ahora mismo, pueden quedar una decena de tripulantes en el alojamiento.

      

    Lozano, en conversación con LANCELOT DIGITAL, ha tildado de “despropósito absoluto” la experiencia, inesperada, que está sufriendo desde que se registró el caso de coronavirus en la aeronave: “No fue hasta el sábado por la tarde cuando empezamos a recibir noticias, hasta entonces no nos había llamado nadie para informarnos de nuestra situación: nos enteramos por la prensa o después de contactar con Sanidad, que respondía de forma dubitativa”.

     

    “La desinformación nos está matando”, indica este profesional del sector del marketing digital y la realidad inmersiva, mientras apunta que “como yo hay otros empresarios que han venido a Lanzarote para trabajar, y a los que la irresponsabilidad de una persona ha perjudicando en lo económico, pero, lo más importante, puede haber afectado también a la salud, y eso está por encima de todo”.

     

    Sobre la posibilidad de emprender acciones legales para reparar los daños y perjuicios, Míchel lo tiene claro. “De momento somos 15 personas las que vamos a reclamar de forma conjunta; ya hemos contactado con un abogado para comenzar los trámites”, manifiesta, al mismo tiempo que incide en que “hay varios responsables de este desastre, empezando por quien se sube a un avión poniendo en riesgo la vida de otras personas, y terminando por el Gobierno, cuyas medidas de prevención del virus en los aeropuertos se basan en un papel que cualquiera, realizando un grave ejercicio de irresponsabilidad, puede manipular a su antojo, como se ha demostrado”.

     

    “Tengo conocidos en varios países europeos. Me han escrito de Bélgica y Dinamarca preguntándome si esta es la manera con la que España pretende reactivar el turismo”, ha declarado el empresario haciendo referencia a que “dejar subir a un hombre contagiado de Covid-19 a un avión con 150 pasajeros no es la mejor publicidad para atraer extranjeros, ni siquiera para transmitir seguridad a los españoles que pretenden volar en las próximas fechas”.

     

    Lozano hace un llamamiento al Ejecutivo para que el caso de Lanzarote sea el primero y el último en el que se detecta un caso en pleno vuelo y que, si alguien quiere volar, “acredite que no está infectado de coronavirus mostrando los resultados de los test pertinentes en origen”. “Es inaudito que un aeropuerto como Barajas no haga ni pruebas de temperatura a los pasajeros que se disponen a embarcar. Si no hay más medidas de control, el siguiente golpe del coronavirus puede ser más fuerte que el primero”, afirma.

     

    El afectado por el sonado suceso de este viernes, que desde ayer por la tarde puede hacer "vida normal", se ha referido a la "dificultad" que ha encontrado al intentar conocer, de manera oficial, si podía abandonar o no el complejo BlueSea: "Mientras varias personas dejaban el hotel, cuestioné a un médico sobre la posibilidad de trasladarme a un alojamiento que tengo alquilado y me respondió que tendría que preguntarlo; horas después se nos informó que podíamos marcharnos”. El de Pozuelo de Alarcón pone en valor y agradece la labor del personal del hotel, aunque subraya que “las habitaciones están medio sucias y escasamente equipadas”. “Nos dijeron que estábamos en régimen de media pensión y el primer día no pudimos tomar ni un café; la comida nos la traían a cuentagotas”, concluye.

      

    Por último, Míchel muestra su "sorpresa" porque personas que han estado cerca del contagiado hayan abandonado el aislamiento: "Es todo una confusión. Es increíble que hayan dejado irse a chicos que estaban en la misma fila que el infectado, pero en la otra ala. Por lo visto, dicen que el enfermo tiene una carga vírica muy baja, y no existía una probabilidad alta de que infectara a terceros", sentencia.

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