Y llegó el Entierro de la Sardina
Puerto del Rosario despide hoy su Carnaval con esta tradicional ceremonia
Hoy, Puerto del Rosario despide su Carnaval con el tradicional Entierro de la Sardina, una ceremonia que simboliza el final de la fiesta y la llegada de la Cuaresma. Esta celebración, llena de sátira y desenfreno, es el último acto de una festividad que ha inundado las calles de música, color y alegría, permitiendo a la ciudadanía entregarse al espíritu carnavalesco antes de retornar al orden cotidiano.
El Entierro de la Sardina es una tradición arraigada en diversos puntos de España e Hispanoamérica. Se trata de un desfile que parodia un cortejo fúnebre, en el que los participantes, vestidos de riguroso luto, lloran y lamentan la muerte simbólica de la sardina, un elemento que encarna el fin del desenfreno y la vuelta a la normalidad. Sin embargo, lejos de ser un evento lúgubre, el desfile se convierte en una auténtica manifestación de humor y sátira, en la que las plañideras exageran su llanto y los dolientes hacen bromas sobre la pérdida de la libertad festiva.
El momento culminante del entierro llega con la quema de la sardina, un acto cargado de simbolismo. La combustión de esta figura representa la purificación y la regeneración, el adiós a los excesos del Carnaval y la preparación para un nuevo ciclo. El fuego, con su poder transformador, consume los últimos vestigios de la fiesta y marca el inicio de la Cuaresma, periodo de recogimiento y reflexión.
En muchas culturas, rituales similares han servido como herramientas de catarsis colectiva. Ejemplos de ello son la Fiesta del Judas o la quema del haragán, celebraciones en las que se destruyen figuras que encarnan los vicios o el caos del periodo festivo.
A pesar de que tradicionalmente esta celebración tenía lugar el Miércoles de Ceniza, en muchos puntos del estado español ha variado su fecha para ajustarse a los ritmos locales del Carnaval. En Puerto del Rosario, el entierro se convierte en el broche de oro de una festividad que cada año se reinventa sin perder su esencia. La ciudad se llena de comparsas, murgas y mascaritas que, en su último suspiro festivo, despiden a la sardina con júbilo y sátira.
Así, entre el humo de la hoguera y las últimas notas de las fanfarrias carnavaleras, Puerto del Rosario se despide de su Carnaval hasta el próximo año, sabiendo que, aunque la sardina haya sido consumida por las llamas, su espíritu renacerá con más fuerza en la próxima edición de esta fiesta imprescindible para la identidad cultural del municipio.
