Preocupante aumento de conductas infractoras durante 2022
Especialmente por velocidad excesiva, circular sin ITV en vigor y no utilizar el cinturón de seguridad
El alarmante panorama que en los últimos años viene definiendo la seguridad vial en España ha quedado marcado por una huella indiscutible en 2022 debido al aumento significativo en las infracciones de tráfico, especialmente por velocidad, y el continuo incremento en las distracciones al volante, provocadas fundamentalmente por el uso del móvil. Ambos hechos arrojan luz sobre un escenario de seguridad vial complejo y desafiante, afirman las entidades que conforman la plataforma Seguridad Vial 2021-2030
Las Infracciones de Tráfico aumentaron un 16% en 2022
En 2022, la Dirección General de Tráfico ha registrado un incremento del 15,6% en denuncias respecto al año anterior. Esta escalada en las denuncias ha generado un debate mediático sobre lo que puede ser una recaudación récord de 507.361.888 euros, pero lo que realmente demuestra es un considerable incremento en el incumplimiento de las normativas de tráfico.
Las infracciones más generalizadas continúan siendo las cometidas por superar los límites de velocidad. Los radares, tanto fijos como móviles, registraron casi dos tercios de las denuncias, con un aumento particularmente notable del 30% en las infracciones detectadas por los radares móviles.
Además de la velocidad, las infracciones por circular sin la ITV en vigor o con resultado desfavorable, conducir con el carnet retirado, no usar el cinturón de seguridad y o conducir manipulando el móvil, también se ubicaron en las primeras posiciones de las denuncias en 2022.
A pesar de estos preocupantes incrementos, también se observa en los datos facilitados por la DGT una reducción en las denuncias por conducir con presencia de drogas en el organismo y uso indebido del móvil al volante, detalle que conviene analizar con reservas, ya que la realidad social, los informes de Fiscalía de Seguridad Vial y del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, indicando que más del 48% de las víctimas mortales de siniestros viales, en su mayoría conductores, “arrojaron resultados toxicológicos positivos a alcohol, drogas de abuso y psicofármacos, aisladamente o en combinación”, apuntan en otra dirección.
“Aunque las cifras oficiales sugieren un descenso en las denuncias por conducción bajo la influencia de drogas y en distracciones al volante, fundamentalmente por la manipulación del teléfono móvil, estos datos deben abordarse con cautela. Idealmente, la disminución de las infracciones denunciadas reflejaría una mejora en el comportamiento al volante de los conductores españoles. Sin embargo, también podría ser indicativo de las limitaciones, físicas y materiales, que enfrentan las autoridades de tráfico a la hora de detectar y denunciar estas infracciones”, señala Mar Cogollos, directora de AESLEME y cofundadora de Seguridad Vial 2021-2030.
En este sentido también se ha manifestado otro de los cofundadores de esta plataforma, Javier Llamazares, presidente de la Fundación Española para la Seguridad VIAL - FESVIAL- “ya que aunque las cifras parecen ser prometedoras, cabe reflexionar sobre la interpretación de estas, dado que se podría estar observando no tanto una mejora en el comportamiento de los conductores, sino más bien las limitaciones en las capacidades de vigilancia y control para el cumplimiento de la norma por parte de la Administración.”
El Impacto de las distracciones en la siniestralidad vial podría alcanzar el 78%
Las distracciones al volante siguen planteando desafíos significativos a pesar de las estadísticas oficiales, ya que sigue siendo un factor importante en el desencadenante de siniestros viales. Según el Dr. Ignacio Lijarcio, Investigador en el INTRAS de la Universidad de Valencia, “conducir implica percibir, organizar y coordinar toda la información del entorno y dar una respuesta adecuada a cada situación vial. Exige, por tanto, mantener un nivel adecuado de atención, ya que la no atención podría estar presente en casi el 78% de los siniestros viales, tal y como señalan algunos estudios realizados por el VTTI (Virginia Tech Transportation Institute)”.
Entre 2012 y 2021 las distracciones han sido responsables de un tercio de los siniestros viales con víctimas mortales en España, causando que más de 6.200 personas perdieran la vida y cerca de 30.000 resultasen gravemente heridas o con secuelas permanentes.
Las distracciones al volante son variadas y abarcan desde acciones aparentemente inocuas como hablar con otros pasajeros, cambiar la emisora de radio, ajustar el navegador o comportamientos más temerarios incluso adictivos como manipular el teléfono móvil al volante.
En este sentido destacan las conclusiones del informe “Mobile en España y en el Mundo 2020”, que recoge la adicción reconocida por más de 7,6 millones de españoles a sus dispositivos, de los que casi la mitad (3,7 millones) manifestaron no poder pasar más de una hora sin consultar su móvil. Los encuestados aseguraron en un 61% que “mirar el teléfono es lo primero y lo último que hace cada día”. Evidentemente son variables que también se introducen en la conducción de vehículos y a las que debemos poner remedio.
En este sentido hay que destacar que, según otros estudios, más de 13 millones de conductores españoles admiten usar el móvil de forma habitual mientras conducen y alrededor de 600.000 conductores se autodenominan "adictos" al uso del móvil al volante.
Según el Catedrático de Seguridad Vial, Luis Montoro, “el uso del móvil al volante emerge como uno de los factores de distracción más letales y preocupantes. Aunque las estadísticas oficiales muestran una disminución en las denuncias por este motivo, es muy posible que los datos no reflejen la realidad del problema, ya que estas infracciones son difíciles de detectar y registrar”.
“Este contraste entre las cifras oficiales y la realidad del problema, que cualquier ciudadano puede apreciar cada día, revela la necesidad de interpretar con cautela los datos de infracciones y denuncias. El descenso en las denuncias por uso del móvil al volante podría estar más relacionado aparentemente con las limitaciones en la capacidad para vigilar, controlar, detectar y denunciar estas infracciones que con una mejora real en el comportamiento de los conductores” asevera el Catedrático de Seguridad Vial.
Estrategias integrales: única solución al problema
Este complejo panorama evidencia la necesidad de un abordaje integral de la seguridad vial, que combine estrategias proactivas y reactivas.
En ese sentido, la vía proactiva se centra en la, educación, formación y concienciación de los conductores, elementos básicos en la prevención de comportamientos de riesgo en la carretera.
Como se ha comentado recientemente, la Directiva sobre permisos de conducir de la Unión Europea y la Resolución sobre el Marco de la Política de la Unión Europea en base a la agenda de Seguridad Vial 2021-2030, se muestran como pilares fundamentales en esta vía proactiva. “Este marco europeo”, apunta el Dr. Ignacio Lijarcio, “establece la importancia de mejorar las habilidades, conocimientos, comportamiento y aptitud médica de los conductores. Esto implica implementar programas de formación más rigurosos, actualizados y adaptados a las necesidades actuales de seguridad vial y a los nuevos retos del futuro”.
En ese contexto, “la concienciación desempeña un papel crucial en la vía proactiva” tal y como subraya Mar Cogollos. “Es esencial promover una cultura de seguridad vial, educando a toda la población sobre los riesgos y las consecuencias de las distracciones al volante a fin de fomentar conductas responsables. Además, es fundamental que se continúe brindando formación continua a los conductores de todas las edades, para actualizar sus conocimientos y mejorar su comportamiento en la carretera”
La vía reactiva, por otro lado, pasa inequívocamente por el aumento de la vigilancia en las carreteras y un endurecimiento de las sanciones. Es necesario que exista una presencia policial activa y visible en las vías para disuadir comportamientos peligrosos, detectar infracciones y proteger a los usuarios de conductas incívicas que suponen un riesgo para la población.
Las sanciones deben ser lo suficientemente severas como para disuadir a los conductores de infringir las normas de tráfico. Las multas por uso del móvil al volante, incluso solo por llevarlo en la mano, se encuentran en el rango de 100 a 200 euros, con pérdida de puntos en el permiso de conducir. Estas sanciones pueden aumentar en casos graves, como la "sanción récord" de 6.000 euros y la pérdida de 6 puntos por manipular el móvil al volante.
“Es importante destacar que estas estrategias proactivas y reactivas no son excluyentes, sino complementarias. Ambas vías son necesarias para abordar de manera efectiva los desafíos que plantea la seguridad vial. La formación y concienciación ayudan a prevenir comportamientos de riesgo desde la raíz, mientras que la vigilancia y las sanciones actúan como mecanismos de disuasión y aseguran el cumplimiento de las normas” concluye Javier Llamazares.
En resumen, tanto la educación, la formación y concienciación como la vigilancia y las sanciones son esenciales para abordar los problemas de seguridad vial. Ambas vías se complementan entre sí y deben ser implementadas de manera conjunta y coordinada. Solo a través de un enfoque integral y equilibrado podremos lograr una conducción más segura y reducir los riesgos asociados a las distracciones al volante.