"El eco roto de Puerto del Rosario: las mentiras de Rastrero al abandonar Vox". Por Álvaro Sanz
Desde los riscos de Fuerteventura, donde el viento no miente, se alza una verdad incómoda: Miguel Felipe Rastrero, el único concejal de Vox en Puerto del Rosario, ha abandonado el partido que lo llevó al poder, pero no el sillón que le regalaron sus votantes. En febrero de 2025, anunció su salida con un relato lleno de excusas que no resisten el escrutinio. Como afiliado, me propongo desmontar las falsedades con las que justifica su marcha, mientras se aferra el acta de concejal como si fuera un trofeo personal.
- La excusa oficial: el conflicto de las tierras raras
Rastrero señaló su voto en contra de investigaciones sobre "tierras raras" en Fuerteventura como el desencuentro que lo llevó a romper con Vox, argumentando que consultó al partido y no recibió respuesta. Sin embargo, esa consulta nunca existió: una primera mentira que desmorona su relato. El 15 de abril de 2024, en una sesión extraordinaria del pleno del Ayuntamiento de Puerto del Rosario, Rastrero votó a favor de una "Moción Institucional relativa a los permisos de investigación sobre las tierras raras" (punto 6 del orden del día), contradiciendo la postura de Vox en el Parlamento de Canarias, que el 27 de septiembre de 2023 apoyó por unanimidad una Proposición No de Ley del Grupo Socialista sobre yacimientos de materias primas críticas. El acta del pleno lo deja claro: "Se pregunta [Rastrero] qué hemos hecho mal para que hace unos meses desde el Parlamento de Canarias se aprobara por unanimidad, con todos los grupos políticos incluido el suyo […], le gustaría que todos, y está incluyendo a su propio grupo político." Rastrero sabía que iba contra la línea de Vox y aun así votó.
Pero hay más. Rastrero también ha sugerido que el cierre de la sede de Vox en Puerto del Rosario fue una "represalia" del partido por el asunto de las tierras raras. Nada más lejos de la verdad. Según manifestaciones de otros afiliados que corroboran este dato, la dirección provincial llevaba meses advirtiéndole que debía encontrar un local más económico para la sede, con la clara indicación de que, de no hacerlo, se cerraría. Durante tres meses, Rastrero no buscó —o no encontró— una alternativa viable, y el cierre fue la consecuencia lógica de su inacción, no una venganza. Lejos de ser una víctima, su negligencia contribuyó a esa decisión. Y, aun así, el expediente disciplinario que enfrentó por este y otros actos no había sido archivado, como él afirmó, sino ampliado por comportamientos reiterados en contra de su partido, hasta que su renuncia lo dejó sin efecto.
La aprobación de los presupuestos del ayuntamiento de Puerto del Rosario, con su voto favorable, me daría para otro artículo, cabe destacar que dicho presupuesto lleva una subida impositiva para los vecinos de casi 3 millones de euros, manteniendo partidas y subvenciones a colectivos ideológicos, algo a lo que se ha opuesto Vox desde el día de su constitución hace ya 11 años. Pero si esto no fuera suficiente, en unas recientes declaraciones de Santiago Abascal, presidente nacional de Vox, dejo claro que, “no vamos a votar nada junto con el PSOE, aunque propongan poner banderas de España en todas las rotondas”
- La traición al votante
Rastrero justifica quedarse con el acta alegando que habló con sus compañeros de lista, quienes supuestamente le acompañarían si él abandonaba Vox y no tomarían el acta en su lugar. Sin embargo, esta versión se derrumba bajo el peso de los hechos. En la rueda de prensa de febrero de 2025, solo lo acompañó la número dos de la lista, junto a tres o cuatro afiliados que él presentó como "coordinadores de otros municipios de Fuerteventura", e incluso se autoproclamó "coordinador insular".
Peor aún, en una publicación en Facebook tras una entrevista de Rastrero en el medio local Dos FM Radio, la número cuatro de la lista, Adriana Rita Suárez Castillo, desmintió su relato el 26 de Febrero de 2025. En su mensaje, Adriana afirmó que ni ella ni José Castellano Cantero, número tres de la lista, fueron consultados sobre si aceptarían el acta, y exigió a Rastrero que la devolviera, ya que la número dos también había dejado Vox. Adriana subrayó que lo correcto sería ceder el acta al siguiente en la lista, cuestionando la "responsabilidad" que Rastrero dice defender al quedarse con un puesto que ya no le pertenece. Esta declaración pública destroza su argumento de "consenso" y revela que retiene el acta contra la voluntad de sus propios compañeros.
- Las contradicciones silenciadas
Rastrero dijo que su decisión fue personal tras lo que presentó como un expediente archivado, pero esto es otra falsedad. El expediente no había sido archivado, sino ampliado por actos de deslealtad hacia su partido, hasta que su renuncia a la afiliación a Vox, provoco el archivo el 3 de marzo de 2025, casi un mes después de su rueda de prensa. Además, su auto designación como "coordinador insular" y los falsos "coordinadores" que presentó en la rueda de prensa son un intento desesperado de inflar su autoridad, cuando los únicos cargos reconocidos por Vox en Las Palmas, eran el de La Oliva y el suyo propio en Puerto del Rosario, que perdió al abandonar Vox. Si su ruptura era tan profunda y justificada, ¿por qué no renunció al acta y dejó el camino libre? Si el partido lo "traicionó", como insinúa, ¿por qué aferrarse a su legado? Otros concejales en España han dimitido tras abandonar sus partidos. Rastrero, en cambio, prefiere el camino fácil: criticar desde fuera mientras vive del esfuerzo ajeno, con un relato que se desmorona bajo su propio peso.
En los riscos de Fuerteventura, el eco siempre devuelve la verdad. Las palabras de Rastrero suenan huecas: un hombre que dice romper con Vox por principios, pero se aferra a su acta por conveniencia y egocentrismo. Los votantes de Puerto del Rosario merecen coherencia, no excusas.