La cogobernanza para liderar y transformar la industria turística. Paloma Hernández Senadora por Fuerteventura.
El año 2023 se ha cerrado con los mejores registros que ha tenido nunca el turismo en nuestro país, superando los 85 millones de turistas por primera vez, la cifra más alta desde que hay registros estadísticos. El gasto turístico mejora también con respecto a 2019, registrándose esa deseada tendencia para que prime la calidad y no la cantidad.
Por otra parte, hay indicios de que ciertos destinos están alargando su temporada y se están desestacionalizando, y otros van recibiendo nuevos turistas. De esta forma, se observa que la actividad se está descentralizando de los destinos turísticos ya consolidados hacia otras zonas que empiezan a beneficiarse de esta industria.
Sin embargo, y a pesar de estos buenos datos que prometen un 2024 en la misma línea positiva, el Partido Popular sigue instalado en el catastrofismo y en la negación. Una vez más, eso sí, de cara a la galería creemos, tal y como han hecho con la amnistía.
En la reciente Comisión de Turismo celebrada en el Senado volvieron a criticar al Gobierno en la gestión turística negando las medidas que había puesto en marcha el Gobierno de España para el sector y, lo que es peor, obviando y rechazando la capacidad que tienen los destinos para reinventarse y modernizarse, negando el derecho de las CCAA y los Ayuntamientos para ser partícipe del turismo que quieren y cómo lo quieren.
Parece que el PP se olvida de que las comunidades autónomas son quienes tienen la competencia en materia turística, y lo que ha hecho el ministerio y el Gobierno de Pedro Sánchez es ponerles a disposición 3.400 millones de euros para que ellas, en su competencia, cada una con sus especificidades y en diálogo con el sector, decidan en qué ejecutarlo.
En la Comisión el PP volvió a dejar patente su modelo político turístico, el de ‘los recursos para unos pocos’. La única propuesta que trasladan es nuevamente la del PERTE turístico, pero desde el PSOE les volvemos a decir que ésta no es la solución para este sector. Proponer un PERTE para el turismo es, o bien desconocer la naturaleza de un PERTE, o bien desconocer la naturaleza del turismo. ¿Por qué decimos esto? Porque el PERTE está configurado como un mecanismo con capacidad de arrastre en una estructura empresarial de plataforma, donde unas pocas grandes empresas tiene la capacidad de tirar del resto hacia un objetivo común, con distintos servicios que no compiten entre sí sino que cooperan. Y aquí está la diferencia.
Porque este no es el caso del turismo, donde hablamos de empresas familiares, de pymes y micropymes, y de multinacionales que compiten por ofrecer el mismo servicio. Compiten.
El PP, ante su insistencia, parece que quiere un PERTE para que lo gestionen sólo unos pocos que tengan esa capacidad y dominen el mercado. No tiene sentido, y podría ser contraproducente porque el turismo necesita que toda la cadena de servicios funcione, con calidad y profesionalidad, sintiéndose valorada, y no fomentar que puedan crearse empresas turísticas ‘de primera y de segunda’.
En frente, la apuesta del Gobierno que ha querido que los fondos permeen en el tejido empresarial de todo el país, con sectores y subsectores turísticos diversos y de la mano de los destinos.
Los socialistas creemos en este modelo, desde una cogobernanza leal, plural y respetuosa con los territorios, para que sean ellos, de la mano de los destinos turísticos, quienes decidan en qué ejecutan los fondos para poder transformarse y afianzar nuestro liderazgo turístico mundial.