A Escrivá no le regalan un timple
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Gobierno de España salía de Madrid en pleno confinamiento “rumbo a las colonias” en busca del aplauso por el Ingreso Mínimo Vital, al menos de eso hablaba el hombre cada vez que le ponían un micro cerca.
No le recibieron con bailes regionales, ni le pusieron collares de flores a la llegada, cuestión esta última que en el séquito interpretaron que podía ser culpa de la pandemia y de alguna norma que Canarias hubiera planteado para prevenir contagios a autoridades ilustres.
Ya en el cabildo grancanario, y con el presidente del gobierno de las colonias, notó el hombre una especie de tensión emocional en el ambiente, pero pensó para si que se debía a la frustración de tener que llevar mascarilla todo el rato, trató de quitarle hierro al asunto.
En Arguineguin a los aborígenes no les hizo mucha gracia la pose ministerial, y da la impresión de que a él tampoco le hizo gracia el que vinieran 9 pateras durante su visita, le quitaron lustre al personaje y se lo dieron a la dura realidad. “Ahora parece que quiero entenderlo”, se le escuchó decir por lo bajini a uno de los indígenas isleños.
En la puerta del Cabildo de Fuerteventura, el ministro respondía a los medios que iba a reunirse con Noemí Santana… , que la situación social de la pandemia era complicada y que había que mirar lo del ingreso mínimo vital….
Ya en el salón de plenos no entendía muy bien que le decían aquellos buenos paisanos y porqué pedían tantas cosas y todas juntas, así que decidió que era hora de irse, a ver si a la salida le esperaban con aquel pequeño ukelele que Pedro Sánchez se llevaba de Lanzarote.
No hubo timple…
