Taxis y mirar para otro lado
Sábado, 8 de octubre. 20.30 horas. Aeropuerto de Fuerteventura. Exterior de la zona de llegadas. La cola de viajeros esperando por taxis supera el centenar de personas, pero no hay ni un sólo vehículo en la parada. Sólo aparecen de vez en cuando y a cuenta gotas. Los que esperan, la mayoría después de un viaje de al menos 3 horas desde Centro Europa, no saben que por delante tienen una media de 45 minutos hasta poder acomodarse en un taxi, que en una hora más les podrá depositar en un hotel del sur y alrededor de 35 minutos si van al norte.
¿La guagua? ¿Qué guagua? Desde las 20.30 hasta las 22.00 sólo hay dos buses que pasan por el Aeropuerto para recoger viajeros.
El panorama no es nada nuevo. Es la enésima y cotidiana constatación de que a determinadas horas de ciertos días de la semana (los de mayor afluencia de llegadas), el servicio de taxis de Puerto del Rosario se muestra incapaz de dar respuesta a las necesidades del Aeropuerto.
La solución al problema está buscada desde hace bastantes años: hay un instrucción para que cuando el servicio de taxis de la capital no sea capaz de responder con eficacia a la demanda, se avise de forma automática a vehículos del resto de municipios que quieran acudir a prestar su servicio al Aeropuerto.
La pregunta entonces es evidente: ¿Por qué no se avisa a los taxis del resto de la isla para que los sábados y otros días de llegadas acudan al Aeropuerto?
Ustedes ya lo suponen ¿no?
Y ante ello, la responsabilidad de actuar es del Cabildo, como supervisor del servicio en toda la Isla. En Gran Canaria, el Cabildo Insular no dudó en aplicar la insularización de los taxis del Aeropuerto ante un problema similar. Pero aquí debe ser que lo políticos no quieren ver los efectos que el mal servicio causa entre nuestros visitantes. Eso, o que cuando pasan por delante de la cola con el coche oficial no miran a la derecha.
