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El misterio de los meros orillados

La asociación cultural pueblo Maho advierte de la mortandad de meros que “no tiene repercusión en medios de comunicación ni instituciones”

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
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    Según afirma la Asociación Cultural Pueblo Maho desde finales de septiembre se viene observando un número importante de meros orillados, “un hecho que no ha tenido repercusión en los medios de comunicación y tampoco por las administraciones  competentes”.

     

    En relación a posibles explicaciones buscadas por dicha asociación, se encuentran los nodavirus que “afectan a gran número de especies de peces, silvestres y cultivadas”.

     

    En silvestres se ha aislado en diversas especies, pero nunca se había asociado con procesos clínicos en el litoral de Murcia. En otoño de 2017, se detectaron diversos ejempla- res de meros (Epinephelus marginatus y E. costae) en la Reserva de Cabo de Palos con sintomatología clínica compatible con nodavirus.

     

    La infección por nodavirus fue confirmada mediante RT-PCR en tiempo real y su posterior genotipado (tipo RGNNV). Este hallazgo constituye la primera evidencia regional de infección clínica por nodavirus en peces silvestres, con la relevancia añadida de que la especie afectada es la especie emblemática de la Reserva Marina de Cabo de Palos, el mero.

     

    “La liberación accidental de peces desde las granjas de acuicultura es un fenómeno habitual (Are- chavala-Gómez et al. 2015). Pueden ocurrir escapes masivos, por accidentes o por temporales, pero lo que es más habitual son los escapes continuos de pequeñas cantidades de ejemplares, pudiendo provocar la liberación de carga viral al medio ambiente. Estos peces pueden difundir la infección a zonas más alejadas, tanto de forma directa como indirecta, al ser depredados por otros peces o incluso por aves piscívoras”, afirman..

     

    Las condiciones de cultivo intensivo de las granjas de acuicultura en mar abierto constituyen un foco multiplicador de infecciones. Las condiciones de hacinamiento y estrés provocan, en general para cualquier proceso infeccioso, situaciones muy favorables para contagio directo de unos peces a otros y por otro lado un descenso de inmunidad y de respuesta frente a las infecciones (Midtlyng et al. 2006). Las probabilidades de transmitir el virus a las poblaciones silvestres circundantes son muy elevadas, a través de las heces, por contacto a través de las redes o por los continuos escapes que se producen en estas instalaciones. Asumidos los niveles de positividad encontrados tanto en peces de acuicultura como en peces silvestres merodeadores de las piscifactorías y dadas las características de difusión y resistencia del virus en el medio, resulta altamente probable.

     

    “No tenemos conocimientos científicos para afirmar que esa sea la causa; solo intentamos abrir un debate y que se informe a la ciudadanía de lo que está pasando en nuestro medioambiente y si existe un peligro para la salud pública, ya que nos tememos que algunos de estos peces con estas patologías se han dedicado al consumo humano”, explica la asociación.

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