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El debate de la seguridad se instala entre los majoreros

La sociedad se moviliza mientras los delitos aumentan exponencialmente en la isla

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
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    En los últimos años, Fuerteventura ha experimentado un notable incremento en los índices de criminalidad. Según datos del Ministerio del Interior, en el primer trimestre de 2023, la isla registró un aumento del 15,7% en las infracciones penales respecto al mismo periodo del año anterior, pasando de 5.038 a 5.831 delitos. Este incremento se ha mantenido en 2024, con un alza del 6,1% en el primer semestre, destacando especialmente el repunte en delitos sexuales y hurtos.

     

    Diversos factores podrían estar contribuyendo a este aumento de la delincuencia en la isla, por un lado, una de las máximas es el crecimiento demográfico y turístico. La afluencia de turistas y nuevos residentes está generando una mayor presión sobre los recursos de seguridad y propicia situaciones delictivas.

     

    Esto se une a una insuficiencia real y manifiesta de efectivos policiales, señalada por las autoridades y colectivos. Se habla de una carencia aproximada del 35% en las plantillas de la Policía Local, lo que dificulta la capacidad de respuesta ante el incremento de delitos.

     

    Otra circunstancia importante que eleva el numero de delitos es el incremento de la cibercriminalidad, que aunque no tiene connotaciones violentas si afecta cada vez más a la ciudadanía, en este sentido y al igual que en otras regiones, Fuerteventura no es ajena al auge de delitos informáticos, que requieren estrategias específicas para su prevención y control.

     

    Inmigrantes de todas partes y cada vez más

     

    A estos factores se suma la incidencia de la inmigración y el aumento de la población extranjera en la isla. La llegada rápida y masiva de nuevos residentes de diferentes nacionalidades ha generado retos significativos en términos de integración social y adaptación cultural. Este proceso, que algunos perciben como una casi "sustitución cultural", ha contribuido a tensiones sociales y a la formación de comunidades aisladas, lo que dificulta la cohesión social.

     

    Otro factor que agrava la situación es la proliferación de núcleos de viviendas ocupadas. Lugares como el complejo Baku en Corralejo o Marlape y Rosa Vila en Puerto del Rosario se han convertido en áreas de alta conflictividad, con problemas asociados al hacinamiento, la falta de servicios y el aumento de actividades ilícitas. Estos asentamientos informales se han transformado en focos de inseguridad que preocupan tanto a residentes como a visitantes.

     

    Este contexto de creciente inseguridad alcanzó un punto crítico con el trágico asesinato de un joven turista danés en Corralejo el 27 de diciembre de 2024. El suceso ocurrió en la avenida Virgen del Carmen, una conocida zona de ocio nocturno en Corralejo. La investigación ha llevado a la detención de varios jóvenes magrebies, algunos de ellos con antecedentes, acusados de homicidio y agresión.

     

    Este incidente ha generado una profunda preocupación entre los residentes y visitantes de Fuerteventura, subrayando la necesidad urgente de reforzar las medidas de seguridad en la isla. Las autoridades insulares y municipales se reunían esta misma semana para implementar estrategias efectivas que aborden tanto la escasez de personal policial como la adaptación a las nuevas modalidades delictivas.

     

    Además, empieza a resultar imprescindible promover programas de integración y cohesión social que permitan enfrentar los desafíos derivados del aumento de la diversidad cultural y la proliferación de asentamientos irregulares, con el objetivo de garantizar la seguridad y el bienestar de la comunidad.

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