Casi la mitad de los niños canarios tienen sobrepeso
Los ecocomedores ponen en valor el producto local en los centros educativos para desarrollar dietas equilibradas
La obesidad infantil es una de las enfermedades crónicas no transmisibles más comunes en la infancia y adolescencia. En la actualidad, se considera como la epidemia del siglo XXI, especialmente después de la pandemia de la COVID-19, debido a los efectos secundarios adversos que han afectado aún más a las familias con menores ingresos y un nivel socioeconómico bajo.
La obesidad infantil aumenta cuanto mayor es el peso de los padres y menor es su nivel de renta y de estudios, aunque varía también mucho según la comunidad de residencia. Pero en Canarias la obesidad infantil alcanza cifras alarmantes.
Casi la mitad de los niños de Canarias son obesos o tienen sobrepeso. Los médicos están preocupados porque la obesidad deriva en otras patologías, como la diabetes o el colesterol. Por ello, los pediatras piden leyes para evitar el exceso de azúcar y de grasas saturadas en los productos industriales de alimentación. Esta imagen preocupa y mucho a los profesionales de la sanidad. Ver a niños con unos kilos de más es habitual porque el 45 % de los menores canarios son obesos o tienen sobrepeso.
En cuanto al estilo de vida, más del 70 % de los escolares son activos, aunque este porcentaje es inferior a la media europea. También es menor el tiempo de exposición a pantallas que en otros países, aunque mejorable en un porcentaje elevado de escolares. Hay un menor porcentaje de escolares con obesidad que desayunan o son activos en comparación con los que tiene peso normal, mientras que los que son más sedentarios dedican menos horas a dormir, y disponen con mayor probabilidad de TV o dispositivos electrónicos en su habitación. Es prioritario favorecer el acceso a dietas más saludables y la promoción de estilos de vida más activos y menos sedentarios, tanto en el entorno familiar como en el escolar, desde edades tempranas.
Esto es un grave problema de Salud Pública que responde a causas múltiples como la alimentación, la actividad física, el descanso, el estrés, ciertas afecciones médicas o la genética, entre otras circunstancias. Pero, sin duda, la comida es un factor principal causante de sobrepeso. De ahí, que el Gobierno de Canarias, en su trabajo por mejorar los índices de obesidad infantil del Archipiélago desarrolle desde el año 2013 los ecocomedores, con el objeto de ofrecer menús conformados por productos ecológicos, frescos y de temporada en los centros escolares de Canarias, incentivando el consumo de alimentos de proximidad y concienciando a la comunidad educativa sobre sobre la importancia de una dieta equilibrada. Una iniciativa que beneficia a más de 23.000 comensales y se articula alrededor de una red regional compuesta por 105 ecoagricultores y 172 entidades participantes, de los cuales 168 son centros educativos (163 públicos) y cuatro constituyen iniciativas privadas no escolares.
Este nuevo curso académico los ecocomedores estarán presentes en todos los centros escolares públicos de las Islas y realizarán un consumo óptimo de productos ecológicos, locales y de temporada, en atención a las recomendaciones nutricionales y siguiendo un esquema que prioriza, ante todo, la producción local de cada ínsula. Un programa que "garantiza una dieta equilibrada y nutritiva" pero también un fomento del producto local. "Los ecocomedores nos tiene que servir para que el sector primario provea las bases para que los comedores escolares proporcionen dieta saludable a todos los niños y niñas", señala el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2023, Pablo Bustinduy.
El azúcar, la droga del siglo XXI
Centrándonos en el azúcar, los más pequeños consumen más del doble de azúcares añadidos de lo que recomienda la OMS, siendo las principales fuentes las galletas (13,3 %), el cacao en polvo (11,1 %) y los yogures azucarados (9,9 %) y postres lácteos (8,6 %). Completan este listado otros productos como néctares, batidos, dulces-caramelos, helados, cereales de desayuno, bebidas vegetales y, en última posición, los refrescos.
La obesidad es un problema global, pero debe abordarse localmente con la ayuda de profesionales de la salud, entre ellos dietistas-nutricionistas que, desde la valoración e intervención nutricional en los niños, enseñen a las familias a cambiar los hábitos de alimentación a través de la cesta de la compra y la dietética culinaria.
Por otro lado no hay que olvidar y animar a los niños a abandonar el sofá, a dejar a un lado las pantallas, a jugar en la calle, a corretear y a disfrutar de la actividad física cada día. Sigue aumentando el porcentaje de población infantil que no alcanza el mínimo de 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa que recomienda la OMS. Es otro factor clave para luchar contra el sobrepeso, y hay que tomárselo muy en serio.
