La calima que canceló un Carnaval y trajo una pandemia
Cinco años después, aquel Carnaval sigue en la memoria de Puerto del Rosario
Este febrero de 2025 se cumplen cinco años de aquel Carnaval en Puerto del Rosario que quedó marcado por la calima, los fuertes vientos y la llegada de una pandemia que cambiaría el mundo.
En 2020, una calima sin precedentes azotó Canarias, alcanzando niveles de partículas PM10 tan altos que los equipos de medición se saturaron. La visibilidad reducida y la mala calidad del aire obligaron al Ayuntamiento a suspender varios eventos festivos. Seguridad y Emergencias decretó la alerta desde la noche del sábado 22 de febrero y durante todo el domingo 23, debido a la combinación de la calima extrema y rachas de viento de hasta 80 kilómetros por hora.
A pesar de ello, algunos actos del Carnaval pudieron reprogramarse y celebrarse en los días siguientes. Sin embargo, lo que nadie imaginaba era que, apenas unas semanas más tarde, la emergencia sanitaria mundial llegaría a España y lo cambiaría todo.
Los primeros casos de COVID-19 en La Gomera y otros contagios aislados fueron señales de lo que estaba por venir. El 13 de marzo de 2020, España entró en estado de alarma y comenzó un confinamiento sin precedentes. Fue una etapa de incertidumbre, dolor y sacrificio, en la que se perdieron muchas vidas y la sociedad tuvo que hacer un enorme esfuerzo colectivo para frenar la propagación del virus.
La verdadera clave para superar la pandemia fue ese esfuerzo conjunto, que permitió que las medidas sanitarias funcionaran y que la vacunación se convirtiera en la gran herramienta para recuperar la normalidad. La ciencia avanzó a un ritmo sin precedentes, logrando desarrollar vacunas seguras y eficaces en tiempo récord. Gracias a la responsabilidad de la ciudadanía y a la labor incansable del personal sanitario, la vacunación masiva permitió salvar innumerables vidas, reducir la presión hospitalaria y recuperar la vida social, los abrazos y las celebraciones.
Cinco años después, aquel Carnaval sigue en la memoria de Puerto del Rosario. No solo por la calima que alteró su programación, sino por ser el último antes de que el mundo cambiara. Hoy, es un recordatorio de la importancia del compromiso colectivo y de la ciencia, que permitieron superar uno de los mayores desafíos de nuestra historia reciente.