La falta de gestión política con la inmigración saca lo peor de la sociedad Canaria
El presidente Torres afirma ahora que “rechaza que Canarias cargue sola con las cuarentenas de los migrantes”
La inacción política con el repunte migratorio a través de las islas Canarias que se viene produciendo durante los últimos meses está generando comportamientos de tintes xenófobos en las islas. El último y más gráfico es el de las barricadas de Tunte en la isla de Gran Canaria.
La pandemia agrava la situación
Si bien la inmigración ilegal ha sido una constante en las islas desde hace algunos lustros, la llegada de inmigrantes contagiados con la COVID 19, la falta de un protocolo efectivo por parte del estado, directamente relacionado con el cierre de los CIE, ha provocado que las administraciones locales hayan tenido que asumir competencias en inmigración que no son suyas.
Secretaria de Estado en la isla
La visita de la secretaria de estado para la inmigración, la señora Hana Jalloul en Febrero parecía encaminada a dar pasos para intentar dar soluciones al problema del repunte de pateras.
Las Secretaria realizó una visita a las dependencias y servicios que presta la iglesia evangélica Misión Cristiana Moderna en Puerto del Rosario, donde fueron recibidos por el Padre Ángel, y al albergue de Tefía, cedido por el Cabildo Insular bajo la coordinación de Cruz Roja, siendo recibidos por el presidente de la ONG, Gerardo Mesa, y su equipo.
La señora Jalloul dio las gracias a las instituciones locales por su compromiso, pero lejos del agradecimiento la situación sigue igual que hace cinco meses.
Ángel Victor Torres
El presidente del Gobierno de Canarias ha trasladado ahora, cuando la situación se complica en Gran Canaria, que no está dispuesto a cargar en solitario con las cuarentenas decretadas para los grupos de inmigrantes que dan positivo en coronavirus y ha reclamado que se habiliten para ello espacios de Defensa o propiedades de la Sareb.
En rueda de prensa, Torres ha defendido que esa es una competencia del Estado, pero, acto seguido, ha precisado que está convencido de que ante este asunto todas las administraciones públicas deben colaborar, por lo que ha ofrecido a Escrivá -de cuyo ministerio depende el área de Migraciones- firmar un convenio de «cogestión»
Inmigrantes en el muelle tres días
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado y Médicos del Mundo pedían "medidas que garanticen la salud de las personas y salvaguarden los derechos" de los inmigrantes, después de que 71 hayan pasado más de tres días en el muelle de Arguineguín tras ser rescatados a bordo de dos pateras.
Esta situación que bordea lo inhumano se produce por la falta absoluta de previsión por parte del gobierno español en cuanto a la inmigración y sus posibles medidas de contención en Canarias.
En este sentido dos grupos de personas rescatadas en el mar hayan dormido durmieron durante tres noches sobre el asfalto del muelle de Arguineguín, con mantas bajo el cuerpo y con dos carpas como techo, en algunos casos, o al raso, en otros, aseguran las organizaciones humanitarias.
Tunte saca las barricadas
La falta de respuestas tanto a la oleada, como a la atención de los inmigrantes, la falta de un plan de comunicación adecuado, y también porque no, un creciente sentimiento de xenofobia amplificado por diferentes posiciones políticas en las redes sociales hace que salga lo peor de la sociedad canaria.
Si bien en Fuerteventura toda esta visceralidad quedaba circunscrita al odio vertido en las redes sociales, no teniendo que lamentar incidentes mas allá de bulos o excesos verbales, en la localidad de Tunte, en Gran Canaria se ha palpado lo peor de la sociedad, que no puede ser achacado en su totalidad a las ordas de vecinos con un comportamiento lamentable.
En este sentido la Policía Nacional se encontraba ayer una muralla en Tunte. Los vecinos del pueblo de San Bartolomé de Tirajana se lanzaban a la calle para obstaculizar la llegada de un grupo de migrantes a la residencia escolar de la zona.
Pedro Sánchez en Lanzarote
Mientras el presidente del gobierno del estado veranea en la residencia que de forma paradójica un musulmán, (Hussein de Jordania) construyó en La Mareta, en Lanzarote.
Ajeno a la problemática de las islas, ajeno a los números de la enfermedad que dañan nuestra credibilidad turística, ajeno al drama humano, ajeno en definitiva a la realidad de un territorio que está bien, parece, para veranear.
