La ordenanza de las acampadas muy criticadas por el impacto ambiental en espacios protegidos
La ACBC denuncia con vehemencia "la participación política en la destrucción de los espacios protegidos de Fuerteventura”
Según afirman desde la Asociación para la Conservación de la Biodiversidad de Canarias “de las 165.974 hectáreas de extensión que tiene la isla de Fuerteventura, 50.000 se encuentran distribuidas en trece espacios naturales protegidos, lo que la convierte en la tercera isla con mayor área protegida de las islas Canarias. Casi un 30% del territorio insular se encuentra bajo alguna categoría de protección, aunque en la práctica esto tener ningún efecto”.
En este sentido desde la ACBC se denuncia y en relación a la marca Reserva de la Biosfera que "pese a que utilizamos y explotamos esta figura en todas las propagandas habidas y por haber, una Reserva de la Biosfera conlleva una serie de compromisos medioambientales que, lamentablemente, no se están respetando"
Afirman que “en los últimos años, se ha vulnerado la legislación ambiental en materia de conservación del medio natural. No se respetan los caminos de la red de senderos, se fomenta la proliferación de especies invasoras en el ambiente, se permite el uso del medio como vertedero ilegal, se autorizan ralis en espacios protegidos y la última: se va a permitir la acampada en los espacios naturales de la isla", recalcan.
En este sentido y “bajo el amparo de una ordenanza que se vende como pionera, por ser la primera de entre los cabildos insulares, y respetuosa con el entorno, pues supuestamente no produce impacto en el medio natural, se podrá acampar en un Parque Natural como la isla de Lobos . A los problemas derivados de la masificación que ya sufre el islote, ahora se le sumará la acampada”, afirman.
"No habría un área concreta y todo el islote podría ser colonizado por campistas. Así se expone este pequeño santuario de biodiversidad agonizante a su completa destrucción, sin que esto parezca afectar a nadie”, recalca el colectivo.
La problemática de la nueva ordenanza
“Con la nueva ordenanza, más de un tercio de los emplazamientos autorizados para las acampadas serán en áreas protegidas y en casi la mitad de la isla de Fuerteventura se podrá acampar” y apuntan que se trata de ”un deterioro del medio natural que, en muchos casos, es irreparable".
“El pisoteo provoca la compactación y la erosión del suelo, se produce la apertura de pistas por el trasiego de caravanas y la aparición de senderos secundarios, se realizan movimientos de piedras y tierra, se generan cúmulos de basura, se produce el desbroce de especies vegetales protegidas y la perturbación de distintas zonas de descanso y nidificación de aves”.
Así, explican “la ordenanza no especifica localidades concretas para el desarrollo de la actividad campista, sino que delega en los Ayuntamientos esta labor. Los ya de por si machacados espacios naturales protegidos majoreros carecen del suficiente personal de vigilancia, como para además permitir a los campistas pernoctar sin la debida regulación en estas áreas a conservar”.
Por esto, “se precisa, insisten, de una ordenanza que regule de manera eficaz esta actividad, "pero no a costa del medio natural majorero y de su biodiversidad".
Finalmente aseveran que “cabe recordar al Cabildo de Fuerteventura que, de acuerdo con la legislación vigente, todos los poderes públicos, en sus respectivos ámbitos competenciales, deben velar por la conservación y la utilización racional del patrimonio natural, teniendo en cuenta especialmente los tipos de hábitats naturales y las especies silvestres en régimen de protección especial”.