Tal día como hoy nacía Josefina Plá en Isla de Lobos hace 121 años
Uno de los referentes de las letras uruguayas, a la derecha en la imagen, venía al mundo en el Faro de Martiño en el año 1903
María Josefina Teodora Plá Guerra Galvani nace en la Isla de Lobos, Fuerteventura (Las Palmas), lugar en el que su padre, torrero de faros de ascendencia alicantina, desarrollaba su oficio.
Su infancia y adolescencia transcurrieron por diferentes enclaves de la geografía española. Su vínculo con Paraguay comenzó en 1924, cuando conoce al artista ceramista paraguayo Andrés Campos Cervera —Julián de la Herrería—, contrayendo matrimonio en 1927. Abandona España rumbo hacia Paraguay. Desde su llegada a este país, se erigió en una de las principales impulsoras y renovadoras del panorama artístico y cultural paraguayo.
Intelectual polifacética, su fecunda labor artística abarcó desde el teatro, la poesía o las artes plásticas hasta el periodismo radiofónico o escrito, pasando por la narrativa, el ensayo, la investigación histórica o la crítica de arte. Su ingente actividad se vio jalonada con todo tipo de distinciones.
Josefina Plá fue una autora prolífica: más de sesenta libros publicados, entre ellos varias investigaciones únicas en su género; cerca de treinta obras de teatro (inició el radioteatro), como la exitosa comedia "Aquí no ha pasado nada" (Premio Ateneo Paraguayo 1942); veinte poemarios, entre ellos el ya citado "El premio de los sueños" (1934), "La raíz y la aurora" (1960) y "Rostros en el agua" (1963); centenares de cuentos breves entre los que destaca "La mano en la tierra" (1963), su relato más conocido internacionalmente; así como ensayos sobre el bilingüismo, el teatro, las artes plásticas y la artesanía, o sobre los negros y los británicos en el Paraguay.
Con setenta años de fecunda labor creativa y crítica, más de noventa publicaciones y una trascendental participación en algunos de los principales movimientos de renovación cultural de Paraguay, Josefina Plá, española de América, ejerció una gran influencia en las generaciones de intelectuales paraguayos de la segunda mitad del siglo XX, contribuyendo con su obra, su acción y su magisterio al impulso de la cultura y del arte en Paraguay.
Hoy se la reconoce como una de las primeras mujeres en desempeñarse como periodista en el Paraguay y como la primera jefa de redacción de un periódico de gran circulación en el país. Su aporte a la cultura paraguaya apenas comenzaba en ese ámbito carente y, a la vez, proficuo para generar nuevos aportes.
En vida recibió numerosos homenajes, como la Orden de Isabel la Católica del gobierno español en 1977, el doctorado Honoris Causa por la Universidad Nacional de Asunción en 1981, y la Medalla de Oro de las Bellas Artes del Estado español. Josefina dijo adiós, no sin haber dejado constancia de su entrañable entrega a su país de adopción y a su tierra natal: "Es absolutamente seguro que de haber vivido en otro lugar esos cuentos habrían sido diferentes. Es decir, no habrían sido"... "Dediqué al Paraguay toda mi vida, con pasión, con fervor.
No podía haberlo hecho si ello hubiese implicado una traición a la patria de mi linaje y con esas palabras digo adiós a mi tierra, a sus paisajes, nunca pisados, a las voces de sus árboles y sus sembrados bajo el viento, a su mar atlántico, al mar que no tuve, pero que es, en todos mis secretos sueños, el más sediento espejo".
La muerte la encuentra el 11 de enero de 1999, postrada y con ceguera, en su modesta casa de Asunción, a los 95 años de edad.
