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El uso de la lata: Habilidad y experiencia

Hay que elegir bien la madera, siendo la tradicional la madera de Tarajal, siendo considerada la mejor para el uso

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
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    Seguimos con esta serie referida al mundo de las apañadas y en esta nueva entrada volvemos a compartir la sabiduría y el buen hacer de Allende M. Gutiérrez y Eduard A. Freivals en relación al mundo de la ganadería de costa en Fuerteventura.

     

     

    De esta forma y siguiendo como referencia su fenomenal obra La Cabra de Costa de Fuerteventura, una aproximación desde la etnografía, se trata de explicar el uso y el valor de la lata o garrote para el trabajo con el ganado.

     

    “El uso de la lata requiere de una gran habilidad y experiencia para desenvolverse con soltura y seguridad en zonas peligrosas, por lo cual, los pastores no aconsejan su uso a personas no acostumbradas al manejo de esta herramienta, ya que pueden poner en riesgo su vida”, afirman los autores.

     

    «(...) lo que pasa es que hay que saberse uno tirar con ellas, eso las coge uno y te tiras ansina y bajas rodando la mano, deslizas la mano por la lata para abajo y entonces no haces mucha presión la lata y bajas, el cuerpo baja suave no baja del repimplón. (…) eso está preparado, está lisito, está bueno para las manos.» (Tomás Acosta Cabrera, 1943, comisionado de Antigua Norte).

     

    «(...) el que sabe caminar con ella, el que no sabe caminar con ella se mata ahí mismo.» (Vicente Hernández Santana, 1946, comisionado de Betancuria).

     

    «(...) el que no esté acostumbrado a esto, que no la lleve, porque lo que hace es matarse. (...) Eso, si no estás acostumbrado te matas más pronto, ahora quien esté acostumbrado a un palo no camina sin un palo.» (Antonio Cabrera Morales, comisionado de Puerto del Rosario).

     

    «La lata hay que saber manejarla, hay que saber manejarla porque para caminar con ella hay gente que no la lleva, porque no la sabe manejar y dice: ‘No, es que yo no camino con la lata.’ Y la han ido dejando, mucha gente la han ido dejando porque es un peligro.» (Juan Pérez Viera, 1951, comisionado de Pájara).

     

    «Hay que saber, porque si no te vas a enredar en el mismo palo, en el mismo garrote te enredas, entonces tiene que aprender un poco.» (Martín Cano Clavijo, 1963, comisionado de Tuineje).

     

    Tipos de madera

     

    “Esta herramienta puede ser elaborada con diferentes tipos de madera. La madera elegida tradicionalmente para la elaboración de la lata en Fuerteventura es la madera de tarajal, siendo considerada por los pastores como la mejor para este uso. Los pastores le atribuyen a esta tipo de madera varias cualidades que hacen de ésta su preferida, las que más destacan son que se trata de una madera muy resistente que se puede romper, pero que no se astilla ni se lasquea y que con el uso se mantiene fresca no quemando en la mano”, explican los autores.

     

     

    «(...) están hechas de varias... (…) De normal se hacen de tarajal, las mejores son de tarajal porque son más frescas para la mano. Sí, nosotros, cuando vamos caminando así, para abajo, nos fundamos en ellas y las manos se quedan ardiendo, el palo se calienta, pero esas no, las de tarajal no, la de tarajal es fresca. De tarajal, es que el palo mejor es el de tarajal porque es fresco para las manos, ni astilla ni nada porque hay otras, esta es de riga o no sé de qué es esto. El palo de acebuche es bueno también pero la mayoría de esas, yo tengo un amigo de Las Palmas que es del salto del pastor y se le partió y se la clavo por aquí, porque esas de tarajal no se parten pero ¿sabes? Partir sí se parten pero las de riga se parten lasqueadas ansina y con la misma lasca te revienta. Las de tarajal se estrallan pero esas de riga sí se parten, esas no, sí estrallan se parten.» (Vicente Hernández Santana, 1946, comisionado de Betancuria).

     

    «Las latas son, la buena principal es de tarajal, madera de... después fuera de aquí... aquí lo más es tarajal, allí en el barranco tenemos nosotros, allí, en la finca, unos tarajales que salen derechitos y dan unas latas muy buenas.» (Tomás Acosta Cabrera, 1943, comisionado de Antigua Norte).

     

    «Pero el bueno es el tarajal, el que yo te digo, ese no parte, estas muchas desde que las apalancas se rajan, se rajan y te puedes clavar las lascas en el pecho o lo que sea al caer, pero el otro, el otro no rajaba, el tarajal no raja, no, no, hombre si lo apalancas también parte pero no, no, pero es un palo fuerte, esto no se astilla (...).» (Antonio Cabrera Morales, comisionado de Puerto del Rosario).

     

    Pero el bueno es el tarajal, el que yo te digo, ese no parte, estas muchas desde que las apalancas se rajan, se rajan y te puedes clavar las lascas en el pecho o lo que sea al caer, pero el otro, el otro no rajaba, el tarajal no raja, no, no, hombre si lo apalancas también parte pero no, no, pero es un palo fuerte, esto no se astilla (...).» (Antonio Cabrera Morales, comisionado de Puerto del Rosario).

     

    «La lata la hacíamos nosotros de tarajal. El tarajal es muy bueno para hacer la lata porque es una madera fresca. Usted puede fundarse en ella y correr que el palo está siempre fresco y otra madera no es como el tarajal, es más caliente y más... el tarajal usted coge una lata y se funda, la puede doblar aquí pero partir no parte.» (Agustín de León Soler, 1932, ganadero de Casillas del Ángel).

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