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UNICEF advierte del colapso que se avecina con los menores

Cerca de 15.000 menores se lanzarán al mar este verano para llegar a Canarias

 

 

  • Redacción NoticiasFuerteventura
  • Thalia Bello

     

    Atravesar desiertos y continentes, recorriendo las rutas más peligrosas por mar y tierra y experimentando las situaciones más extremas que nadie es capaz de imaginar. Navegar a la deriva hasta diez días, pasando frío, afrontando el miedo y mirando a la muerte a la cara; observando cómo los cuerpos de quienes fueron sus amigos o familiares caen por la borda de las pateras. Todo y más por lograr un único sueño: arribar a las costas canarias. Una cruda realidad que, según calculan desde UNICEF, entre 10.000 y 15.000 niños y niñas migrantes vivirán este verano, pues se lanzarán al agua para intentar llegar al Archipiélago en busca de una vida mejor, lejos de las guerras, el hambre y la violencia.

     

    “Una situación crítica”, tal y como lo ha calificado Sara Casero, Técnica de Políticas de Infancia Migrante y Refugiada de la oenegé, en una entrevista con TIEMPO DE CANARIAS, puesto que los recursos de acogida de las Islas están “tensionados”. En la actualidad, la comunidad autónoma dispone sólo de 80 centros repartidos entre las islas para dar respuesta a los casi 6.000 menores no acompañados que acoge ahora mismo el Gobierno autonómico. “Macrocentros que no están aconsejados porque no permiten proteger la infancia como se debe”, señala Casero, donde estos niños y niñas quedan a la deriva “al no tener un itinerario establecido”. 

     

    En palabras de Sara Casero, el drama migratorio que está azotando a Canarias “se caracteriza, a diferencia de los vividos anteriormente, por la llegada de muchos niños y niñas no acompañadas”. “Antes, el perfil migratorio era de hombres jóvenes que viajaban solos, pero ahora hay muchos niños y niñas no acompañados y muchas mujeres que se lanzan al mar con menores”, señala. En este sentido, UNICEF –aunque no realiza atención directa en los centros de acogida, sino que la oenegé se comunica con la administración pública y las entidades que atienden a los migrantes– detecta que el perfil mayoritario de menores que llegan a las Islas es de varones de todas las edades, especialmente magrebíes y somalíes. 

     

    Sin embargo, tal y como advierte Casero, cada vez más “hay un número mayor de niñas que se arrojan al mar huyendo de situaciones difíciles en su país de origen”, tales como “conflictos armados, violencia sexual, falta de acceso a la educación y a la sanidad, entre otros”. “En definitiva, sufren experiencias traumáticas, tanto migrando por la vía terrestre como la marítima”, continúa la técnica de Políticas de Infancia Migrante y Refugiada de la oenegé, “y que además no están siendo atendidas cuando llegan a Canarias porque tampoco hay servicios suficientes para cuidar su salud mental”. Y es que, según relata Sara Casero, “estos niños y niñas llegan en estado de shock, por lo que es necesario la atención de los servicios psicológicos de emergencia; así como intérpretes y traductores porque si no estos menores  pueden estar mucho tiempo aislados sin poder hablar su idioma y comunicarse…”. 

     

    No obstante, de todos ellos, desde UNICEF se preocupan por un perfil muy concreto: aquellos jóvenes cercanos a la mayoría de edad, para los que “tampoco hay recursos con los que atenderlos una vez cumplan los dieciocho años”. Y es que, según denuncia Sara Casero, la mayoría de ellos “quedan en situación de calle y, además, sin resolver su situación administrativa a pesar de que se modificó el Reglamento de Extranjería para facilitarlo hace unos años”. 

     

    En cuanto al proceso de acogida de los niños y niñas migrantes, una vez que llegan a las costas canarias, “lo recomendable es que pasen el menor tiempo posible en los muelles y se les identifique rápidamente”. Pero, tristemente, esto no ocurre, de nuevo, por la falta de “especialistas de infancia justo en el momento de la llegada de las neumáticas”, señala la técnica de la oenegé. Tal y como relata Casero, una vez se les haya realizado “un triaje sanitario, después se les asigna algún centro del sistema de protección de infancia del Gobierno de Canarias”. “Macrocentros donde hay una heterogeneidad muy grande… Lo idóneo para los menores sería determinar una ratio de atención proporcional adecuada”, incide. 

     

    Una vez instalados allí, en palabras de Sara Casero, “no tienen un itinerario previsto”. En otras palabras: pasan su día a día sin escolarización, actividades o un calendario marcado, por lo que los menores migrantes “no pueden avanzar en sus proyectos de vida”. “Hay que recordar que estos niños y niñas vienen con la expectativa de labrarse un futuro mediante una formación y educación… Algo que no pueden conseguir en las Islas porque los recursos son limitados”, afirma la técnica de UNICEF.

     

    Así, ante este escenario, la ONG solicita que el Gobierno de Canarias presione al Estado para avanzar en el reparto solidario de los menores migrantes que llegan al territorio al resto de las comunidades autónomas. Eso sí, intentando “despolitizar este tema”, señala Sara Casero. Y es que, en su opinión, se debe “apurar ese mecanismo jurídico lo antes posible porque es la única salida para garantizar los derechos de estos niños y niñas”.

     

    “Creemos que hay que ir más allá de garantizar necesidades mínimas de techo y comida, y para eso necesitamos que comiencen los traslados, porque es imposible garantizar los derechos de los menores migrantes en Canarias”, ha declarado Casero. En este sentido, desde UNICEF lanza un mensaje recordatorio que “estamos hablando de niños y niñas, es decir, menores que nos necesitan y para los que tenemos que desplegar todos los recursos que tengamos para atenderles como se debe”. 

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